Desde hace mucho tiempo los argentinos venimos marcando la historia de nuestra patria y levantando la bandera celeste y blanca con luchas, con sacrificios y con sangre.

Así es como hace 33 años muchos argentinos soñaron con una patria diferente, algunos se tuvieron que ir, otros quedaron en el anonimato y 30.000 desaparecieron.

Nosotros hacemos memoria con todos ellos; aunque los métodos para conseguir la igualdad sean totalmente discutibles, ellos soñaron como lo hacemos nosotros y peleaban por una Argentina distinta, como lo hacemos nosotros.

A ellos queremos recordar, porque desaparecieron, fueron torturados y asesinados. Pensaron que matándolos mataban sus ideas, la utopía de la igualdad y la necesidad de justicia.

Estos argentinos desconocían la fuerza que tendrían sus vidas en las futuras generaciones de compatriotas que alzarían la bandera argentina manchada con barro y con sangre y seguirían reclamando por esta patria soñada y querida por todos, especialmente por los marginados, por los que nada tienen que perder cuando salen a la calle a cortar las rutas y a reclamar por sus derechos.

Nos unimos a ellos y con ellos decimos:

Nosotros somos hombres y mujeres de fe.

Nosotros sabemos que la lucha no es en vano.

Nosotros salimos a la calle a gritar que no hay justicia cuando se quieren imponer "leyes de impunidad".

Nosotros luchamos para que nuestros pibes vayan a la escuela.

Nosotros apostamos a la vida digna de nuestros jóvenes matrimonios que luchan por tener un pedazo de tierra.

Nosotros repudiamos y condenamos todo tipo de violencia.

Nosotros seguimos diciendo que la falta de trabajo digno, los salarios magros y los planes sociales son el caldo de cultivo para la violencia que genera en tantas familias esta situación.

Nosotros apelamos a la memoria, a la historia, para no cometer los mismos errores ni las mismas omisiones. Creemos en los argentinos y argentinas que levantan la bandera de la justicia y la igualdad social, porque sin justicia no hay paz y sin trabajo no hay dignidad. Para ello será indispensable un sinceramiento de todos, cada uno de acuerdo con el grado de responsabilidad que le toque; un reconocimiento de las culpas, un pedido de perdón público, una reparación a través de la Justicia. Queremos renovar nuestro compromiso con la vida, la dignidad y los derechos de nuestros pueblos fortaleciendo la esperanza y el poder transformador del Reino.

Desde el equipo de Pastoral Social de Zapala nos unimos a todas las mujeres y todos hombres de buena voluntad para pedir justicia, para que no haya más desapariciones impunes en nuestro país, para que no gocen de impunidad los que tienen el poder y para que como pueblo encontremos el camino hacia la verdad y la justicia.

Carmen Aguilera, DNI 12.730.058

Luis A. Molina, DNI 12.321.799

Anahí Fernández, DNI 6.522.136

Zapala