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"MPN, breve análisis estratégico"

La perspectiva de la inminente convocatoria a renovación de autoridades del Movimiento Popular Neuquino incentiva la reflexión. El MPN atraviesa un proceso de transición como partido y como movimiento social. ¿Hacia dónde va?, ¿hacia la desaparición, como quieren algunos?, ¿o seguirá ganando todas las elecciones a gobernador, como se ilusionan otros? La prospectiva permite imaginar alternativas viables entre ambos improbables extremos.

La "esencia" del MPN reside en su capacidad para representar la "neuquinidad", el erigirse como representante de una identidad que se asume diferente dentro de la "argentinidad", una base cultural que alimenta la virtud de renovarse generando nuevos dirigentes con nuevas ideas. Tal dinámica generó tres tradiciones perdurables: a) la provincial-popular de los fundadores, variante federal del movimiento nacional-popular, que privilegia la inclusión social y la comunicación directa con los ciudadanos; b) la desarrollista, que centra su ideario en la planificación, la inversión y las obras; c) la posmoderna-eficientista nutrida de los conceptos liberales y neoconservadores de la globalización. Amén de compartir la "mística", esas corrientes mostraron liderazgos personalizados en los ex gobernadores emepenistas, lo que explica en parte los fuertes enfrentamientos electorales. Digo en parte porque en la actualidad comienza a ocurrir, para bien, que las listas en las internas surgen de distintas combinaciones de las tres tradiciones.

La continuidad del poder ha desgastado la "mística" y coexisten activistas bienintencionados con densas prácticas clientelares que atentan contra la capacidad de reclutamiento de líderes barriales y locales, lo que explica la actual debilidad electoral en los municipios. Paralelamente, el partido como institución dejó de ser vínculo legítimo entre los problemas sociales y el gobierno, para reducirse a defensor de algunas posiciones personales, salvo pocas excepciones. El Movimiento, el MPN social y políticamente valioso, discurre por canales menos formales: las agrupaciones de la capital, los barrios y el interior, que suelen convertirse en listas electorales.

En síntesis, las fortalezas nacen del sano "ancho de banda" ideológico que va de la centroizquierda a la centroderecha, más la siempre renovada adhesión popular, mientras las debilidades surgen del personalismo desmedido y el clientelismo. El diagnóstico habilita la prognosis: a) escenario tendencial: se asume que todo está bien, se deja el partido como está y se esperan las próximas elecciones, lo que resultará con gran probabilidad en pérdidas comiciales y continuación de la crisis institucional; b) escenario pesimista: derrota a nivel provincial, huida de los clientes (¡nunca fueron "militantes"!), incapacidad de reacción y desaparición del MPN; c) escenario positivo: la dirigencia y el activismo realizan profunda autocrítica y promueven un reforma partidaria que da cabida al debate, el disenso, la diversidad de ideologías dentro del paradigma de la inclusión, el ingreso masivo de jóvenes y mujeres a espacios de participación y conducción, la jerarquización del interior provincial y los barrios en la conducción, la democratización de seccionales y centros de distrito, la capacitación de dirigentes, la subordinación del profesionalismo y la tecnología a las demandas sociales, la promoción de nuevos liderazgos compartidos en contraposición al personalismo excluyente? Para expresarlo vívidamente: un escenario donde los crianceros de caprinos tienen la misma o mejor atención que el cluster vitivinícola.

En estas últimas condiciones el MPN igualmente puede sufrir disgustos electorales, pero se aseguraría otros 50 años de protagonismo.

Luis Felipe Sapag

DNI 8.850.167

Neuquén



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