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"Sí juro y que Dios y la patria me lo demanden"

Con gran decepción se observa cómo funcionarios electos para cubrir una responsabilidad en un equipo de gobierno o designados políticamente en la plenitud de sus cargos hacen gala de actitudes o comportamientos reñidos con su investidura. Me refiero a la invención de las "candidaturas testimoniales o virtuales" en que cada candidato promiscuamente olvida el sagrado juramento prestado al momento de asumir de ser fiel a los designios del cargo, máxime que en el corto tiempo no han demostrado su idoneidad o eficacia.

De pronto, vaya a saber por qué interés -si personal o partidario, pero teniendo un plafón de jurídico en que se confunde "inmunidad" con otra expresión, "impunidad"- y con la mejor cara de "yo no fui" autodefraudan sus principios e imagen, su trayectoria y concepto de su persona, prestándose a ser enlodados y formar parte de un sistema corporativo, disfuncional y/ u obsecuente con el mandamás de turno y/o vínculo jurídico.

El interrogante ciudadano que se nos plantea es: ¿por qué se esfuerzan en aumentar el descrédito de las instituciones y sus funcionarios? No objeto la aspiración de todo ser humano a lograr un escaño más en su carrera política pero primero, para no desmerecerse, deberían cumplir con el mandato para el cual han sido elegidos y luego, liberados, si postularse o, en caso contrario, renunciar a su cargo y dedicarse de lleno a la campaña ya que pareciera que se les paga para hacer de su vida diaria un activo dirigente de bases partidarias. ¿Y su responsabilidad funcional o cargo asumido? Bien gracias.

¿Cómo mejoramos el sistema, si nuestros dirigentes dan la pauta de no querer hacerlo y el modelo continúa siendo disfuncional en todos los órdenes, obviando la innovación y el recambio generacional, sintiéndose omnipotentes y dueños de su campana como única verdad?

¿Cómo creer en el fortalecimiento de las instituciones y la seguridad jurídica que deben fortalecer, afianzar o irradiar para convencernos de ser una nación políticamente organizada y no funcional a inconfesables designios que no se orientan al bien común?

El lector coincidirá o no con lo apuntado, pero es una constante que quien debería ser un conductor y llevarnos a alcanzar ese destino de grandeza o futuro promisorio y que los responsables del consolidar un vínculo jurídico ideal conspiran con la posibilidad de afianzar la figura e investidura presidencial y de otros cargos, desdibujando el sistema democrático y el vínculo jurídico, irradiando una imagen en que no imperan o no prevalecen los valores humanos, políticos y sociales en su máxima expresión.

Crio. insp. (R) Carlos Rodríguez

DNI 7.578.269

Las Grutas



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