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"Prefiero seguir repartiendo diarios"

Tengo 41 años y hace 20 que reparto diarios en los quioscos de mi localidad.

El 7 de mayo cerca de las 11 en Irigoyen y Brentana me topé con un operativo de tránsito. Me requirieron la documentación pero, al no poseerla, el inspector me comunicó que iban a secuestrarme la moto.

Le expliqué que estaba trabajando (cosa obvia porque vestía indumentaria alusiva y mi motito estaba repleta de diarios), que la había olvidado en la ropa de abrigo que acababa de cambiar en casa, que vivía a dos cuadras, que me permitiera unos minutos y la traía. Lo hice sin su consentimiento.

El inspector al verme regresar con mi cámara de fotos intentó reducirme. Al no poder, ridículamente tapó su cara y acudió al jefe, quien me amenazó. Entonces les dije que conocía mis derechos, que acreditando mi identidad y pudiéndose constatar que la moto era de mi propiedad, al no existir ninguna irregularidad con respecto a mí ni al vehículo consideraba que debían labrar una infracción y que no tenían argumentos para secuestrar el rodado ni para prohibirme sacar fotos .

Igual se llevaron la moto. Dos horas y media después pude llegar al señor juez de Faltas y exponer mi problema. Me dio la impresión de estar ante un dictador. Sin ofrecer una real explicación por el secuestro me hizo pagar una multa. Acoté que no era manera de impartir justicia y que más equitativo sería aplicar igual sanción al responsable de este atropello, es decir: yo pago 400 pesos por olvidar la documentación y el funcionario por la improcedencia de sus actos es impune.

Ante el cuestionamiento el juez depuso su actitud y apeló a su hombría de bien, haciendo lo que estuvo a su alcance para facilitar la entrega de mi moto (pago mediante), explicándome que no era su voluntad perjudicarme y que debía remitirse a un sistema de trabajo. Me sentí estafado y asaltado. Se aprovechan de mi descuido para arrebatarme de prepo la moto y pedir un rescate de 400 pesos, además de someterme a firmar unos papeles y escribir "de conformidad". Obviamente yo no estaba de acuerdo pero lo tuve que hacer. No me quedaba otra, porque de lo contrario no me entregaban la moto, que es la única herramienta para ganarme el sustento.

Si esto es ser funcionario público, a mucha honra prefiero seguir repartiendo diarios. Da vergüenza ajena ver cómo estos señores desempeñan sus funciones. Después de 25 años de democracia, retrocedimos a la dictadura, cuando las autoridades disponían de los derechos de los ciudadanos obrando abusivamente y con total impunidad?

Eduardo Adolfo Galván

DNI 18.576.825 - Cipolletti



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