Me sentí culpable, por haber sido empleado de YPF, por la arrogancia y altanería de alguna persona en contra de esta sociedad en la que alrededor de sesenta mil personas padecían necesidades, si se quieren básicas, y el "comercio" se veía disminuido por esta miopía y compromiso que nosotros no tuvimos. Es lo que esta comunidad me reprochó y hasta me lo hizo pagar, con aquella frase famosa, por cierto: deme dos.

Pero la vida, el tiempo y las épocas que me han tocado vivir me dicen que no tengo que sentirme culpable de aquella época ni de hoy, el presente.

Porque sé que tres mil obreros del petróleo y el gas no hacen una economía y sociedad, somos parte de ella. Aprendí, al menos yo, que la sociedad y la economía se construyen con solidaridad, compromiso y voluntad, velando por el prójimo: si le va mal, me va mal y, si le va bien, nos irá a todos bien.

Se ha desvirtuado y protegido todo: educación, salud y seguridad. Como no hemos aprendido de errores pasados, seguimos culpando a los mismos? que los maestros no quieren trabajar, que los de salud son vagos, que la seguridad es corrupta.

Cuándo esta sociedad se va a dar cuenta de que al maestro, policía, médico, diariero, albañil y juez les cabe el mismo compromiso, de cuidar nuestra fuente laboral y recursos naturales, que son la pirámide de ésta, nuestra economía.

Las entidades intermedias como los intendentes, concejales y diputados son elegidos por nosotros, ¿no? Hasta ahora jamás vi tal compromiso, cada uno por lo suyo.

Retomando aquel sentimiento de culpabilidad y también citando aquella más famosa frase ("A vos no te va tan mal, gordito"), tal vez por el agravio o un grito descalificador hacia el presidente.

Aquel canillita pedía el compromiso de trabajo que estoy pidiendo yo. Del maestro, concejal, intendente, diputado, ciudadano común y por sobre todo del comerciante, que a mi entender no se compromete con esta sociedad y afanosa y deliberadamente comete los mismos errores, sacrificando la economía local y pretendiendo adherir a la lucha de los trabajadores petroleros.

Como no pretendo hacerlos sentir culpables, pretendo que entiendan y comprendan que un puñado de trabajadores para ustedes (privilegiados) no marcan un parámetro monetario de por qué nuestras localidades se ven afectadas por su despropósito.

Compromiso, responsabilidad y sentimientos se necesitan para empezar a defender lo nuestro como no lo hicimos con la ley de Represas (léase cada acre bajo agua igual cantidad forestación; ley de Hidrocarburos: cada parcela de perforación igual de forestación para proteger y cuidar el medio ambiente).

El Enim, del que no hemos tenido la responsabilidad de hacer respetar lo convenido y rifamos una planta termoeléctrica, la que hoy aportaría energía mucho más barata sin depender tanto de la que nos dicen que es nuestra cooperativa (Copelco SRL).

También para el conocimiento de muchos, durante más de una década tres provincias se beneficiaron con nuestro esfuerzo (Santa Fe, Córdoba y Mendoza) con respecto al Ticket Canasta y hay también, como en muchas otras cosas, más falta de compromiso y responsabilidad de nuestros dirigentes y gobernantes.

Perdimos el beneficio de poder generar a nuestro favor.

Amigos, mañana (cosa que ya está aprobada y firmada) el proyecto de la represa Chihuido I y 2. Pregunto: ¿miraremos cómo otros se benefician con nuestros recursos energéticos? Tal vez quien no sienta compromiso y responsabilidad malinterprete esta carta, pero yo estoy pensando con pluralismo porque tengo mamá, hermanos, amigos y conocidos que no son privilegiados, son ciudadanos comunes que no merecen ser castigados pues ellos son parte importante de esta sociedad y economía.

Héctor Omar "Ruco" Hernández

DNI 13.699.690 - Plaza Huincul