Uno de los títulos de la sección de Deportes, referida a la participación de Cipolletti en el Argentino A decía: "No hubo milagro", y respetuosamente quisiera disentir con el concepto.

A mi entender sí lo hubo. En este país el fútbol no es una actividad que económicamente se desarrolle diametralmente opuesta a los avatares que sufre la economía mundial y mucho menos la nacional. Con un presupuesto ínfimo comparado con la mayoría de los equipos que participaron en este torneo (en muchos casos hubo importantes aportes de empresas y en otros de los propios gobiernos provinciales o municipales), Cipolletti alcanzó una campaña histórica, alzándose con el primer lugar en la tabla general y también el primer lugar en su zona y en el cuadrangular final, aunque por cuestiones de reglamento quedó afuera de la gran final. Pero ¡claro que hubo milagro! El milagro de la entrega, del amor a la camiseta, algo que ya no se ve tanto a nivel país.

Los jugadores de Cipolletti son en mayoría de sus inferiores y otros pocos de clubes de esta zona. Siempre los vi matarse en cada pelota, tanto en este último partido como en todos los anteriores. Para este hincha del fútbol, ahora que estoy cerca de los 50 y que he visto tantos miles de partidos de fútbol, quiero decirles a esos muchachos que me han hecho llenar el pecho de orgullo futbolero, que he disfrutado viéndolos jugar. ¡Esto que siento sólo lo puede entender un hincha y ustedes!

Gracias por todo lo que transmitieron y dieron por esa camiseta. Gracias por esas tremendas ganas de que llegara el domingo para ir a ver a mi equipo. Gracias por hacer cambiar el tono de mi voz durante los dos días siguientes a haber gritado sus goles. Gracias por las alegrías, pero mucho más por las tristezas, porque esa tristeza no es en soledad sino compartida con ustedes. Gracias por mis deseos de aplaudir cada jugada, cada toque, atajada, gol y hasta esas nobles y necesarias patadas. Todos en las tribunas pedíamos y esperábamos un milagro para poder jugar la final por el ascenso; personalmente me di cuenta después del final del partido de que "el milagro" ya estaba hecho.

Ojalá puedan los dirigentes lograr que se queden estos jugadores en el club, lo merecen ellos y los hinchas. Esta carta y mis lágrimas de aquel domingo en la despedida son mi humilde reconocimiento para todos ustedes.

Aldo González

DNI 12.820.296

Roca