Tenemos mucho que aprender de los países europeos que pasaron grandes guerras. Sobre todo los políticos como nuestro intendente de Allen.

Les cuento que el 10 de mayo pasado, un grupo de 10 jóvenes de esta ciudad, de entre 15 y 25 años, incluida una empleada municipal, y chicos de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (luteranos), partieron rumbo a Alemania para una visita cultural, social y solidaria. Recorrieron varias ciudades de ese país y asistieron a distintos programas organizados por jóvenes germanos.

Durante casi dos años, los chicos y sus familias recaudaron dinero para el mismo y partieron llevando un mensaje de paz, hermandad y solidaridad, ya que estas actividades traen aparejadas ayudas económicas para los distintos proyectos de la Iglesia en la Argentina, tales como el Hogar de Ancianos de la Fundación Pholmann de Allen, el Panaced y otras entidades que poseen en este territorio nacional.

Cuando llegaron a Bremen (600.000 habitantes), uno de los lugares recorridos, los recibieron con "honores" y fueron atendidos personalmente por el intendente, quien les dedicó todo un día a mostrarles la ciudad, los agasajó en un restaurante y los despidió con una cena parlamentaria, tal como a visitantes ilustres o verdaderos embajadores de un país extranjero.

Y cuando se le preguntó si no tenía trabajo que hacer, el jefe les contestó que sí, pero que podía esperar, porque los jóvenes visitantes eran más importantes. También fueron recibidos por la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y así en todas las ciudades del itinerario.

¿Por qué este comentario?

En primer lugar porque son chicos de nuestro pueblo, que no salen en los diarios por delitos, que tienen sus trabajos o estudian y no tienen problemas con la ley o con drogas. Y en segundo lugar, porque durante un mes y luego de cuatro audiencias fallidas, ellos se fueron y nuestro intendente nunca tuvo tiempo de recibirlos.

No pedían dinero, sponsors, ni nada parecido, querían una carta de presentación, folletos, documentos para ser verdaderos embajadores de Allen, Río Negro, Argentina.

Pero ello no fue posible por la atiborrada agenda de nuestro jefe comunal, la que debe ser mayor que la de las autoridades alemanas que los recibieron.

Pero no se preocupe señor Bracalente, los jóvenes llevaron fotos de la provincia y de la Patagonia, folletos de la Fiesta de la Pera y sus saludos.

A ver si aprende la importancia que tiene que nuestros jóvenes se dediquen a algo bueno. ¡Gracias!

Roberto Volta

DNI 10.117.752

Allen