Me gustaría inventar el mejor verso

para decirle adiós a un gran poeta.

Me gustaría tener ese talento

para llenar de poesía esta pena.

El adiós ha sido desde siempre

el motivo de estrofas encontradas

porque es el alma quien osa desnudarse

y liberar la emoción para entonarla.

Se me anudó el alma cuando supe que Mario Benedetti no estaba más entre nosotros. Emoción y el recuerdo de lo que sentí cuando lo leí por primera vez fue lo que me embargó. Saber que se fue alguien grande y que a la vez se quedó para siempre en sus versos llenos de protesta, de utopía, de sueños y simplezas tan nuestras, tan sentidas. Pudo dejarnos hasta el poema final para poder despedirlo: ..."el llanto es una manera de estar vivo"... escribió y cuando noté que lloraba supe que era verdad, el mejor testimonio de que el alma está despierta. Necesité leer poemas suyos y mentalmente desear que su nuevo camino sea recorrido entre versos y paz hasta la morada final. Recorrí su táctica y estrategia, sus fulanos y sus menganas, su claro pedido y su postura cuando escribió "no te canses, no te quedes inmóvil al borde del camino, no quieras con desgana, no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo..." o cuando declaró tan limpiamente "me sirve y no me sirve". Y nos hubiera gustado sacar del nuestro corazón enamorado un "corazón coraza" para decirle a alguien alguna vez... "porque te miro y muero y peor que muero si no te miro amor si no te miro"... Pero fue su exhortación a "defender la alegría" lo que me lleva a despedirlo con calma, con gratitud por dejarnos su mejor herencia, por ser un gran poeta que nos indica que otro camino es posible. Sí maestro, hoy más que nunca y en honor a vos voy a... "defender la alegría como una trinchera, defenderla del escándalo y de la rutina, de la miseria y de los miserables, de las ausencias transitorias y de las definitivas...".

Nota: todas las citas pertenecen a Mario Benedetti.

Mónica Graciela García, DNI 16.959.044 - Roca