El 14 de mayo de 2004 concluyó uno de los últimos capítulos de un hecho que marcó un antes y un después en mi vida. En enero de ese mismo año me diagnosticaron cáncer de testículo y el destino quiso que me hicieran quimioterapia.

Mucha gente estuvo involucrada en las cuatro sesiones que duró el tratamiento y a toda le agradezco su apoyo. Si bien mi humor me permitió seguir adelante y reírme un poco de la situación, sin su presencia la odisea hubiera sido mucho más difícil.

Por este motivo, quiero hacer público mi eterno agradecimiento al Dr. (urólogo) Carlos Moreno Ocampo; a la Sra. Gladis, quien de alguna manera contuvo a mis padres cuando me operaron en el Castro Rendón; al Dr. Orlando Del Pin y a la cirujana Sofía Ortiz y a su equipo, además de los enfermeros y al Dr. Daniel Castro que me operó cuando creían que había quedado algo en un ganglio.

Un párrafo aparte se merece el Servicio de Oncología del hospital. La calidez humana y el cuidado que me brindaron aún hoy me siguen impactando. Vayan mis eternas gracias al oncólogo Hernán Vicente; a Roxana, Margarita, Ana, Gastón y Argentina. No sólo velaron por mi salud sino que se ganaron un lugar en esa suerte de podio que di a llamar "amigos del alma".

No puedo dejar de mencionar un comentario que formulé hace un tiempo y que echaba luz sobre una realidad. El cáncer de testículo parece haber sido olvidado por las campañas de prevención. Intuyo porque es una enfermedad que los hombres, en su gran mayoría, prefieren callar. No vaya a ser cosa que se los considere más débiles. También puede ser porque, como dije en esa oportunidad, es más estético mostrar a una mujer realizándose un control en uno de sus pechos que a un hombre haciendo la misma acción pero en sus genitales. Será cuestión de cambiar la visión al respecto.

Reitero el compromiso que tomé durante el tratamiento de charlar con todos aquellos que estén viviendo una situación similar o conozcan a alguien que la esté atravesando, para darles ánimo, contarles mi experiencia y temores. Es decir, para conversar y dejar el silencio. Mi correo electrónico es pablofrizan@yahoo.com.ar.

Pablo Javier Frizan, DNI 27.745.528

Neuquén