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"Para vos, amigo del alma"

Hoy quiero escribir, según mi fe, al gran amigo del alma Julio Rodolfo Salto.

Tu pérdida fue inesperada y me dolió en lo más profundo del corazón, sin poder tener una última charla. Ya no estás físicamente, pero vivirás por siempre en mi recuerdo y en mi agradecido corazón. Doy gracias a Dios por haberte puesto en mi camino y haber formado parte de tu familia desde hace tantos años, ya que ésa fue la manera en que María, Facundo y vos me lo hicieron sentir.

Siempre recibí tus palabras de aliento en los momentos más difíciles, con total interés por lo que me sucedía. ¡Qué gran ser humano fuiste! Recuerdo que me decías: "En la vida hay que estar en armonía y ser feliz con lo poco que a veces ella nos ofrece, y verás que es mucho". También fueron tus palabras: "Si en la vida todos ofreciéramos más amor, esperanza, fe y solidaridad, el mundo sería mejor".

Estoy triste, muy dolida, con una mezcla de sentimientos... y no puedo retener mis lágrimas, ya que como tu vida ejemplar, desde mi punto de vista, no hay ejemplos. Pero sí quedaron las huellas marcadas en mi alma para caminar por el buen sendero de la vida.

Pasarán los años, el dolor se calmará, pero el olvido jamás borrará el recuerdo de tu persona.

"Don Rudy" -así le decía-, siempre tendré motivos para recordarlo. Cuando el jazmín, su planta preferida, dé su primera flor y el suave viento nos traiga su aroma o cuando abra un paquete de galletitas de chocolate -que usted comía con mi complicidad- me saldrá una sonrisa y pensaré en usted, pensaré que está viajando y que al lugar donde Dios lo destine llegará bien. Hoy siento la necesidad de decirle ¡muchas, muchas gracias por todo!

Clementina Muñoz,

DNI 10.270.200 - Cipolletti



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