Ante todo quiero agradecer al diario "Río Negro" por publicar mi anterior carta el 18/3/09, debido a lo cual ese mismo día tuve la visita en mi domicilio de personal de PAMI (delegación San Martín de los Andes) para interiorizarse en el caso de mi madre.

Es lamentable que haya tenido que hacer pública la situación para que PAMI se dignara a ocuparse del tema. Supuse que la solución llegaría rápido pero me equivoqué.

El 19/3 vino el médico auditor a constatar el estado en que se encontraba mi madre e indicó la internación en el hospital zonal Ramón Carrillo por desnutrición, ya que hacía más de 15 días que había dejado de comer. Desde entonces sigue internada mientras se resuelve el ingreso al geriátrico Los Pinos de la ciudad de Bariloche, donde conseguí reservar una vacante.

El expediente inicial se encuentra en Neuquén desde fines de noviembre del 2008 y, a partir de mi anterior carta, actualmente se está ocupando del tema la señora Patricia Coccia, asistente social de PAMI Neuquén. Pero siento que está dilatando demasiado el trámite. En la primera y única reunión que tuve con ella, el 27/3, me indicó los pasos a seguir y me entregó los formularios a llenar por la doctora interviniente y el psiquiatra con la evaluación actual del estado de mi madre, luego de lo cual hablaría con la delegación de PAMI Bariloche para que le informara si el geriátrico en cuestión reunía las condiciones para recibir una paciente con la patología de mi madre.

Cumplí en mandarle la documentación requerida, que con fecha 15/4 le fuera enviada vía fax por la señora Beatriz (jefa de la delegación San Martín de los Andes). A la semana siguiente la llamé y aún no se había comunicado con Bariloche. Solicité los teléfonos para comunicarme personalmente con el asistente social de Bariloche, quien me dijo haberle pasado una información completa sobre las condiciones del geriátrico a la señora Patricia Coccia, que según ella sin ese informe no podía actuar. Ahora bien, una vez recibido dicho informe el 27/4 me llamó y me dijo que debía mandar el expediente a su jefe en Buenos Aires para que lo evaluara. Al día siguiente me pidió la fotocopia de mi DNI como hija responsable. El 29/4 la llamé y me enteré de que estaba solicitando una serie de documentación al geriátrico para adjuntar al expediente, que a esa fecha continuaba en sus manos sin tener salida a Buenos Aires.

Luego de unos días me enteré de que esta señora recibió el 5/5 la visita de una asistente social de Buenos Aires, quien se llevó en mano el expediente de mi madre. Y así va pasando el tiempo, que mi madre no tiene. ¿Tengo o no tengo derecho a pensar que todas estas idas y venidas son hechas adrede? Con qué facilidad utilizan la palabra esperar... Me piden que tenga paciencia. ¿Cuánto más? Desde octubre del 2008 en que inicie los trámites para la internación geriátrica que estoy esperando una respuesta. Si dan tantas vueltas para resolver una situación límite como es el caso de mi madre, yo me pregunto: los aportes que vienen realizando los afiliados durante toda su vida, ¿dónde están?, ¿al bolsillo de quién o quiénes van a parar? Quizás sea un poco duro lo que estoy manifestando, pero no creo estar muy alejada de la realidad. Y si no es así, que me demuestren lo contrario. Que cumplan con los afiliados, que son después de todo quienes les pagan el sueldo con los importes que les descuentan de sus microjubilaciones o pensiones.

Lo cierto y concreto es que mi madre hace ya 50 días que está internada en el hospital zonal Ramón Carrillo de San Martín de los Andes. Aprovecho esta oportunidad para agradecer a los médicos y a las enfermeras (a todas y cada una de ellas) por la atención brindada a mi madre, ya que a pesar del conflicto que viene sosteniendo el hospital a nivel salarial jamás han dejado de asistir a los pacientes internados con la misma dedicación.

Espero que esta carta, al igual que la primera, cause el mismo efecto en las autoridades de PAMI y terminemos de una vez y para siempre con la maldita burocracia. Está en juego la vida de las personas.

Gladys Ovando

DNI 12.315.802 - San Martín de los Andes