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"Lo público es de todos y no es de nadie"

Asumir la responsabilidad de un cargo electivo o como funcionario, representa entre muchas cosas preservar cada elemento que la comunidad nos confiere para desarrollar nuestra función.

Tuve la satisfacción de desempeñarme como director de Cultura de la Ciudad de Allen durante ocho años, el único espacio legítimamente municipal destinado a cultura era y es el Teatro Municipal.

Al asumir el cargo en el 2000, ese lugar era un nido de ratas y arañas, ya nadie lo utilizaba y quien pretendía realizar algún espectáculo debía limpiarlo durante una semana. Así y todo no dejaba de ser un sitio desagradable, con butacas rotas, sin telas sobre el escenario, el piso de pinotea francesa totalmente destruido, sin calefacción ni iluminación, con dos camarines llenos de comida de Acción Social, con un piano de cola alemán derrumbado y en total abandono, con un tablero de luces de 1937 desmantelado, que al verlo te paralizaba a dos metros de distancia, un verdadero peligro. Así recibí el único espacio dependiente directamente del área de Cultura de la Municipalidad de Allen.

Con mucho esfuerzo y dedicación, durante cuatro años (2000-2003) se revirtió la pasada triste historia, esta transformación fue sin lugar a dudas la más digna de todas las realizaciones de la gestión Sánchez, dado que todos los costos de mano de obra no fueron municipales y sólo el 30% de los materiales fue otorgado por la comuna, lo hicieron integrantes del grupo de teatro, Planes Trabajar, mi familia y el acompañamiento de la gente y comercios de la ciudad.

Al dejar mi función el 9 de diciembre del 2007, el Teatro lucía radiante y los vecinos sentían orgullo no sólo del histórico lugar, sino también del contenido de aquellos años, como por ejemplo 72 muestras de pinturas, esculturas, fotografías, gravados, etc., 240 espectáculos de artistas regionales y locales, 120 artistas nacionales, 65 actos, charlas y conferencias.

Hago mención de estos acontecimientos para dejar aclarado que el Teatro Municipal se usó en esos años mucho más que en cualquier época de la historia de la institución y sobre todo como se debe utilizar un espacio público con tanta historia para la ciudad.

Describir lo que hoy sucede es una pincelada del desgobierno del teatro de las décadas del ´80 y ´90. Tan solo en un año y medio, y con muy pocos eventos realizados, pude comprobar el sábado 9 de mayo la incapacidad, el desconocimiento, el desinterés que hay desde una gestión para salvaguardar parte de nuestra historia.

Hasta ahora, la demagogia pudo más que la verdadera autoridad y convicción que hay que tener para gobernar un espacio público.

Fernando José María Zalazar

DNI 14.530.285

Prof. arte dramático

Allen



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