En su respuesta a una carta de mi autoría el senador Pichetto ha acudido al remanido recurso de la descalificación, innoble herramienta que suele usarse cuando se carece de argumentos o se quiere soslayar un tema importante.

De cualquier forma, tales acusaciones no hacen al fondo de la cuestión ni sirven para mejorar la pobreza de conceptos con que el senador Pichetto justificó la orden de sus jefes políticos de evitar que el Senado declarara la alarma nacional y la emergencia parcial por el dengue, continuando así las maniobras dispuestas tanto a nivel nacional como provincial para silenciar y ocultar la propagación de la enfermedad.

En cuanto a su referencia a mi desconocimiento del tema, justamente por no ser epidemiólogo ni sanitarista, pero con la legítima preocupación de cualquier ciudadano, he buscado información en quienes lo conocen en profundidad y resultan fiables, como la Fesprosa y Médicos sin banderas, entidades que confirman el avance constante del dengue en todo el país, contrariamente a lo que sostuvo, sin fundamento alguno, el senador Pichetto cuando anunció que la enfermedad estaba retrocediendo.

Esas organizaciones han denunciado con total claridad la responsabilidad gubernativa por la falta de una política sanitaria nacional, lo que posibilita e incrementa la existencia no sólo del dengue, sino también del Chagas, del cólera y de la tuberculosis, entre otros males, todas enfermedades en las que la pobreza que padece gran parte de la población afectada es un factor altamente contribuyente.

Además, en su nota el senador Pichetto trata de justificar aquella negativa con razones de tipo economicista vinculadas con el turismo y el mercado externo, valores que parece privilegiar frente a la vida de las personas, pretendiendo involucrarnos gratuitamente a los habitantes de Río Negro en su decisión al afirmar que "actuó en defensa de todos los rionegrinos".

Y por si fuera poco para coronar tanta futilidad, afirma sin rubor alguno: "Tengo razón".

Sorprende la sensibilidad mostrada ante una simple carta de lectores al igual que la rapidez para contestarla, lo que muestra que al senador rionegrino el tiempo no le resulta escaso, sensibilidad y tiempo que bien podrían volcarse en causas más elevadas como procurar encontrar soluciones a los graves problemas que aquejan a la mayoría de los argentinos, muchos de los cuales han sido consecuencia de medidas políticas en las que el senador Pichetto tuvo su cuota de responsabilidad atento a las elevadas funciones legislativas desempeñadas tanto en el actual gobierno como en el menemista.

Carlos A. Segovia

LE 7.304.065

Cipolletti