Leí con mucho interés y sorpresa (nunca había oído algo así en estos días) en la edición de este diario del sábado 25 de abril una nota/entrevista que le realizaron al Dr. Ernesto Rosenberg sobre el dengue.

Creo que esta noticia debería estar en todos los medios ya que es algo realmente buenísimo para la salud de todos, obviamente previa consulta con otros profesionales que sepan del tema. Yo ignoro si es factible o no, pero sí sé de la falta de respeto a nuestros profesionales en este país, sobre todo a los que trabajan en los hospitales públicos y organismos estatales.

De acuerdo con lo dicho por Rosenberg, la tecnología que se necesita es sencilla y barata y hay institutos donde podría desarrollarse un suero para la cura del dengue, nada menos. Pido encarecidamente a políticos y autoridades que se ocupen de este tema y, de ser factible, den a los profesionales todos los recursos necesarios para que puedan realizar esa maravilla que salvaría muchas vidas de argentinos. También que tengan en cuenta que, aunque ellos tienen la suerte de no vivir en las zonas más pobres, los mosquitos no discriminan. Si no lo hacen por su deber, ya que se los vota para velar por el bien común (cosa que lamentablemente vemos muy poco), que lo hagan por sus hijos o nietos, que también pueden contagiarse. Recordemos que los laboratorios a nivel mundial gastan mucho dinero para investigar lo que les dará grandes réditos económicos como, por ejemplo, cómo parecer más joven, pero a nadie le interesa el dengue, enfermedad de países subdesarrollados.

Aprovecho la oportunidad para hacer llegar mi respeto y admiración y darles ánimo a todos los que trabajan silenciosamente a diario sin apoyo ni reconocimiento y mucho maltrato, muchas veces de la misma gente para la que trabajan, que no sabe reconocerlos ni se da cuenta de que si no fuese por ellos tal vez estarían muertos. En la sociedad de hoy predomina la demagogia; no es casual, a mucha gente le encanta, así como también la ilegalidad, pero habemos muchos a los que nos asquea. Algún día esto cambiará, espero. Mientras tanto, hay que tratar de ser fuerte y no claudicar, aunque sé que no es fácil.

María Eugenia Pelletieri

DNI 12.471.128

Junín de los Andes