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"Breve escolio sobre la bandera de Río Negro"

Leí atentamente la nota publicada en "Río Negro" sobre la bandera de la provincia por el fundador y presidente honorario de la Asociación Argentina de Vexilología, Alberto Rubén Perazzo, autor entre otras publicaciones del libro "Nuestras banderas" -que oportunamente he leído-, donde contesta a algunas afirmaciones sobre el mismo tema vertidas en una nota anterior por el Dr. Carlos Solivérez, también publicada en ese diario.

Al respecto sería bueno aclarar, como bien lo señala Perazzo, heráldica y vexilología son dos ciencias actualmente separadas, dado que la heráldica se dedica al "estudio y la explicación de los blasones a través de sus reglas" y la vexilología es el estudio de las banderas en su más amplio sentido.

Sin embargo, debería recordarse que en el pasado el estudio de las banderas se consideraba una parte de la heráldica.

El vocablo vexilología viene del latín "vexillun", bandera, y del griego "logos", tratado. Dicho término fue aceptado recientemente por la Real Academia Española de la Lengua gracias a la gestión de la Sociedad Española de Vexilología.

Respecto de la etimología del vocablo "heraldo", también citado por Perazzo, se tomó del francés "heraut" y significa mensajero, anunciador y a veces emisario, y en algunos textos bíblicos como sinónimo de "ángeles" enviados por Dios para comunicarse con los seres humanos. En el francés antiguo, desde finales del siglo XII, vendría del fráncico "heriwald", de wald (el que manda) y hari (ejército), de allí su asociación con el rey y el cuidado de sus armas que después devino en la heráldica.

Con respecto a la mención del "célebre" rey de la Patagonia y Araucanía, en primer lugar se debería aclarar que sus actuales descendientes ya no usan tal título sino el de príncipes.

Para referirse a Orllie Antoine, el primero de la dinastía, Perazzo lo califica como "un dislocado francés" que quiso plasmar un reino en las regiones de la Patagonia y de la Araucanía.

La historia de este personaje tampoco es tan "disparatada" como lo destaca Solivérez en su nota, pero su análisis excedería el espacio de este breve escolio. Eso sí, debemos decir que en el contexto mágico y aventurero de la Patagonia de aquellos tiempos, recorrida por personajes de toda catadura, el francés no estaba tan "fuera de lugar" y su intento de establecer un reino en estos confines del mundo no era tan "disparatado", dada la desatención que tenía la Patagonia por parte de las entonces autoridades nacionales.

Más allá, como dice Perazzo, de que "no puede tomarse con rigor científico la forma, los colores y cualquier otra disposición que quiera atribuirse a la bandera de dicho reino, toda vez que al no existir, la misma no pudo ni puede ser oficializada ni tomada como parámetro de ninguna bandera existente en el mundo vexilológico", no invalida de ninguna manera el antecedente de la bandera del reino de la Patagonia y Araucanía, y que los colores de la misma coincidan con los del flamante paño ahora de uso oficial en la provincia de Río Negro.

Jorge Castañeda

LE 8.560.045

Valcheta



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