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"Desagradable experiencia en un viaje"

A fines del año pasado mi hija, egresada del CPEM 46 de Neuquén capital, participó con su curso y otros cursos de colegios de la ciudad de un viaje a Camboriú, tomando el servicio de una empresa comercializado por una agencia de viajes neuquina.

El viaje incluyó la estadía de una noche en un hotel de Punta del Este, en el que mi hija y una amiga ocuparon una habitación doble, desde la mañana del día de arribo. Ambas depositaron sus respectivos sobres con el dinero que llevaban en la caja de seguridad de la habitación.

En la tarde del mismo día, al regreso de la playa, abrieron la caja de seguridad para retirar dinero y ambas observaron faltantes, aproximadamente un tercio, tanto de reales como dólares, un billete de cada tipo, en obvia actitud de tratar de que se disimule el hurto ante una posible falta de control.

Reclamaron inicialmente al coordinador del grupo y luego a otro de mayor antigüedad, que en ese momento comandaba el contingente, a falta del responsable de la empresa neuquina que se encontraba ya en Brasil. En ambos casos, sin ningún resultado. Reclamaron también en el hotel, donde no les permitieron dejar asentada la queja a pesar de admitir que el personal del hotel tiene acceso a las cajas de seguridad de las habitaciones.

Enterados de la situación llamamos a la agencia de turismo, quienes inicialmente dijeron que se harían cargo del faltante, pero los días siguientes se completaron de excusas contradictorias, lo que demostró la desorganización de los responsables e incluso con pedidos a nuestra hija, en tono no demasiado agradable, para que dejemos de llamar a la agencia en Neuquén.

La situación se definió con sendas charlas de mi hija y luego mía con el responsable en Neuquén, quien dejó claro que para él se trataba de un hurto entre compañeras o autohurto.

Por razones fortuitas, nuestra hija pudo disponer de los recursos necesarios como para que desde el punto de vista económico el viaje no fuera muy distinto del previsto, pero habiendo pasado desagradables momentos con el sinsabor de que el servicio que habíamos contratado, en vez de actuar en el momento indicado (cuando se descubrió el hurto), prejuzgó y dudó de la honestidad de nuestra hija y de su compañera. Es decir que la empresa que contratamos no protegió a sus clientes -de quienes vive- sino por el contrario, los dejó desprotegidos ante un proveedor suyo, el hotel, para luego no sólo no reconocer su error sino para acusarlos abiertamente de hurto.

Sugiero a los padres que estén por contratar un servicio similar elegir una empresa que cuide a sus clientes.

Pongo a disposición de quienes deseen tener más información sobre el tema el celular (0299) 155278871.

Daniel Alberto Torres,

DNI 13.254.661, Neuquén

N. de la R. Este diario se reserva los nombres de las empresas, que están a disposición de las autoridades de Defensa del Consumidor que los requieran.



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