Neuquén, te amo porque has sido y eres una tierra de bendición para mucha gente de pueblos diferentes en habla y cultura, pero con la misma necesidad: trabajo y un hogar. Abriste tus brazos con mucho amor sin importar de dónde vinieran: Mendoza, Tucumán, Salta, Entre Ríos, Córdoba, Buenos Aires, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, del norte o del sur, del este y el oeste, de Chile, Bolivia, Brasil, etc. A todos los recibiste de la misma manera, dando lo mejor que tenés: tu corazón. Pero no todos te valoran ni te cuidan y no todos saben que te duele cuando ensucian tus instituciones, hospitales, esculturas, etc., expresando su furor o postulándose para tal o cual puesto. Te duele cuando los educadores de esta tierra a los que albergaste no cumplen con sus obligaciones: dar clases a tus hijos que abrigaste. Y aun los que nacieron de ti y que se olvidaron que tus niños tienen derecho de recibir educación. Nuestros educadores, que cuando se expresan en la calle hablan como si no los hubieran educado a ellos. Neuquén, que cuando Zanon te pidió ayuda le diste firmas para apoyarla y ahora ellos acuerdan con los que están faltando a tus niños, sin darles lo que les corresponde: "educación", aunque se les paga por lo que no hacen, que es educar.

Zanon, que sin parar tus máquinas y sin cerrar tus puertas saliste a juntar firmas que Neuquén "te dio", ¿te olvidaste?

Las cuestiones de los grandes se arreglan entre grandes, cerrando la puerta, y no delante de los niños.

No llores, Neuquén. Vos abriste tus brazos para recibir con amor. No sos vos el que cerrás tus puertas o tus calles y puentes. No sos vos. Son ellos, que no tienen amor. Deberían aprender de vos, Neuquén.

Rosalba Carrasco

DNI 18.427.840

Neuquén