Hace ya varios días a través de la publicidad oficial se dio a conocer a la población que la provincia del Neuquén tiene el índice de mortalidad infantil más bajo de su historia y de la Argentina ( 6,7/1.000). En tal sentido, y con todo respeto, me permito hacer algunas reflexiones.

Este índice se ha logrado con el esfuerzo de la mayoría de los integrantes del sistema de salud, pero fundamentalmente es mérito de los que están en el primer nivel de atención (enfermeros, agentes sanitarios y médicos generalistas) y que día a día ponen el hombro para que la promoción de la salud y la protección específica no queden olvidadas.

Pareciera que el sistema es un gran barco que se hunde poco a poco y donde cada sector "arregla" individualmente. Los anestesistas por un lado, los cirujanos por otro y más tarde vendrán más especialidades; por supuesto, sin quitarles el mérito de un salario justo. Obviamente, el impacto mediático es mayor por las cirugías programadas que no se efectúan que por el control de niño sano o de embarazo postergado debido a que en el centro de salud no había recursos humanos.

Es hora de que las autoridades revaloricen al médico de dedicación exclusiva, el que está en la trinchera, en ese primer nivel de atención que es la puerta de entrada de casi el 80% de los pacientes que se atienden en nuestros hospitales.

Por último, este barco sólo saldrá a flote si la mayor cantidad de recursos es volcada a esa gran puerta de entrada de nuestros pacientes y no a la ultracomplejidad. Si así no se hiciese, dudo de que podamos en el futuro mostrar a la ciudadanía índices tan buenos como el que se pregona en la actualidad.

Adrián Soresi, DNI 17.926.630

(médico generalista)

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