Tal vez por querer ser distancia/ el camino te venció./ Quedaste a orillas del camino/ sin pulso tu corazón/ te había vencido el camino/ no lo pudiste domar/ y eso que eras un gaucho/ pero de raza alemán./ Pero tus ideas quedaron/ y en el lugar que caíste/ por ironías del destino,/ ya sea en las mañanas/ o en las tardes bajo el sol/ las semillas que sembraste se pasean orgullosas:/ ahora se llaman Ko-Ko./ Lo único que da pena/ es que no te pueden llevar,/ son gigantes de colores/ recorriendo las distancias/ y cada recta que pasan/ o en mil curvas del camino/ está tu rostro alegre/ con tus ojos soñadores/ con pantalones cortones/ y tus eternos tiradores./ Es tu robusta figura/ la que le falta al paisaje/ con tu bigote cortito/ tu pelo raya al costado./ Si parece que lo escucho/ en las frías madrugadas/ calentando los motores,/ la gente tenía que viajar/ acobachado en las sombras./ Se entristecía el carcamán/ porque llegó aquel día/ en que el camino dijo no,/ tal vez molesto estaba/ pues lo querías domar./ Quedó Elvira esperando/ al gaucho que no volvió,/ quedó el pueblo en silencio./ Ya no volverían a ver a aquel robusto alemán/ buen vecino y ¡papá!/ Sacaron fuerza sus hijos/ no te podrán olvidar/ por eso cuando la gente/ hace a un colectivo parar/ aparece tu figura con tu inmenso soñar./ Y fue que desde ese día/ en su eterno caminar/ lleva luto la distancia/ por aquel gaucho que eras/ pero de raza alemán.

En recuerdo de un gran pionero de Allen fundador de la empresa Ko-Ko, don Guillermo Koprio.

Eduardo Pérez

DNI 7.560.490

Allen