A la comunidad, a mi provincia:

Puede parecer extraño, muy extraño, que los docentes hayan estado en una ruta y no en un aula. Como si el tiempo se hubiera invertido y las lecciones y clases predijeran un futuro no muy lejano.

Puede parecer extraño que el paisaje de mi valle se vea recargado de frutas en sus árboles, que peras y manzanas descansen en sus ramas sin que nadie las haya descolgado.

Puede parecer extraño escuchar las voces recargadas de palabras duras, que no sienten culpa cuando están en las rutas. Voces diferentes que ya no educan con buenos modales porque ahora lo imprescindible son fuerzas morales, fuerzas que embisten a lo más viejo de lo más viejo. Que resoplan en el viento y se acurrucan para morir en los oídos de los gobernantes ciegos.

Puede parecer extraño que tantas mujeres dejen sus guardapolvos blancos colgados de los percheros, añorándolas de vuelta a sus hogares. Mujeres que desean prender el fuego de la esperanza, sabiendo que la vuelta tendrá una clase más dura aún: explicar la temible controversia. De resistir y no sentirse muerta. Hombres dando lecciones, ellos también blancos pero tiznados por el humo, que ennegrece sus manos pero no su mirada.

Puede parecer extraño que aunque hayan pasado más de 30 días calurosos y asfálticos, algunos tremendamente amargos, nuestros gobernantes sigan sentados de brazos cruzados.

Paola Pell

DNI 26.504.364

Roca