Me dirijo a usted para contarle que estoy muy enojado. Usted se preguntará ¿con quién? y ¿por qué? Y le respondo que con los medios que desinforman o que, mucho por ser "anti" y mucho por envidia partidista, atacan continuamente al gobierno nacional y dejan de lado la memoria. Veo con asombro el lugar que le otorgan a Elisa Carrió, campeona mundial del decoro, ética y espíritu democrático, elementos gracias a los que puede pontificar sobre cualquier tema y denunciar a troche y moche. (No sé si quedó a salvo la madre Teresa).

¿Olvidaron los medios de comunicación que esa misma Elisa Carrió aceptó, durante la dictadura genocida, un cargo de fiscal en su provincia, ¡porque no tenía para comer! (sic). Y que "no sería candidata a cargos políticos" y en la primera elección que pudo se anotó como diputada (y siguió y seguirá...) "Líder" de la oposición. ¡Qué presidenta sería!

Vamos con otro: Carlos A. Reutemann. Abanderado de la academia de oportunistas volcado a la ¿política? de propiedad de don Carlos Saúl. Pero no es ése el tema. C. Reuteman, antes de subirse al tren de Cristina, fue gobernador de Santa Fe ¿y nadie recuerda la inundación?, ¿y que todos los cañones le apuntaron por su flema cuasi británica y su total falta de previsión, toma de decisiones y pobreza de resultados? Tampoco los medios recuerdan que en el meneado asunto de las retenciones, ¡votó por sus propios intereses, fue juez y parte! Medalla al mejor "compañero". ¡Qué presidente sería!

Sumemos al inefable M. Macri. Ganó el gobierno de la ciudad autónoma con la música de la eficiencia y la gestión. Los medios se olvidaron del pequeño asunto del correo, al que le adosó su "Pago Fácil" y les falló la memoria con el canon que pagar. Y su maravillosa gestión en Boca hoy se traduce en una virtual cesación de pagos. No vale la pena referirse a esos minúsculos temas como hospitales, escuelas e inundaciones recurrentes por su escasa relevancia. ¡Qué presidente sería!

Ahora viene el mimado por los medios: don Julio Cobos. Este buen señor, que únicamente pudo, como A. Gómez y V. Martínez, llegar a vicepresidente por esas cosas de la política, fue falsamente acusado de traición. No es traidor. Es un desleal y también amnésico. Desleal porque integra el gobierno pero trabaja para la oposición. Amnésico por olvidar que, si se integra el Ejecutivo y no se está de acuerdo con algo, se hace lo que hizo "Chacho Álvarez": ¡se renuncia! Lamentabilísimo "oficialista". ¡Qué presidente sería!

Para no dar más por el pito que lo que el pito vale, no me ocuparé de Hilda de Duhalde ni de J.C. Romero, Felipe Solá, los Rodríguez Saá, Patricia Bullrich, F. de Narváez ni de otros del elenco estable porque, además, esta carta sería más larga que la Ruta 3. Mención especial para los señores de la SRA y anexos. Nadie recuerda que, con entusiasmo digno de mejores causas, aportaron muchos funcionarios y ministros a las dictaduras y a los gobiernos de la década infame. Y el olvido cayó también sobre la masacre de la Patagonia, instigada por tan señera entidad. ¡Pobres muchachos, que nunca viajan en colectivo ni en los trenes cuya privatización festejaron! Por todo lo expuesto solicito humildemente que se revisen a fondo todos los archivos entre 1870 y 2008 y se coloque a cada uno en el lugar que se merece. Para evitar confusiones, ¿vio? Muchas gracias.

Juan Stejskal

DNI 4.521.397

Neuquén