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"Relato de una docente"

Hijo: Ma, purgá el agua.

Madre: ¡Hacelo vos!

Hijo: ¡Yo siempre te lo hago a vos!

¿Y cómo le explico? Cómo le digo que a mis casi 40, con todo lo luchado, estudiando contra todo pronóstico e innumerables carencias, avanzando siempre contra viento y marea, a pesar de cada político, impuesto o electo, que ha mal gobernado y pagando casi mil entre alquiler e impuestos... todavía no puedo bañarme en una ducha con agua caliente y que, si pido a mi hijo que purgue el agua, no es por vaga sino por tratar de no ver mi indigno presente. Porque si me quejo por eso, puedo irme me dice el locatario: pero a dónde se pregunta mi corazón contestatario. Si hace años estoy esperando la casa propia que jamás llega, sólo falsas promesas.

Si cada ciclo que inicia debo pararme y ya no bastan los pies sino que "hay que pararse de manos". Porque te arremete el gobierno con su "afano", pero también te roba en cualquier barrio alguien como vos, de abajo. El del alquiler te apura porque sos sola. Y así vas por la vida, palo tras palo, y si no te gusta te vas. ¡Qué hacés entonces! Ni lo contás. La condena social te sentencia... por los paros, por la repitencia, falta que nos culpen del hambre de los niños y de robar lo que el Consejo no manda, "la merienda". Me reclaman a mí los derechos ajenos, a los cuales mi hijo también debe acceder y se ve damnificado por la terquedad del poder. Si no lucho yo por mí y por él, ¿quién?

¡A exigir el cumplimiento de los derechos al gobierno, pues ellos deberían de garantizar los de todos por igual!

¡Basta de dar subsidios a las escuelas privadas! Que no brindan ninguna contención social, puesto que eligen a sus alumnos y docentes a dedo, educación con fondos que se deberían destinar a las partidas de refrigerio y limpieza para esas escuelas adonde va la mayoría y donde todos los días vemos infinitas carencias, donde se recibe a todo niño "sin diferencia" y no se los elige por su dinero o apariencia.

¡Basta de pelear pobres contra pobres! Son los mismos de siempre, que ante la crisis nos atacan e ignoran a los trabajadores, salvándose entre ellos, repartiéndose la torta con toda la inequidad e impunidad que ya conocemos. Si no nos unimos ahora, nuevamente perderemos. La unión y la búsqueda de la equidad social es el único camino en el que esta sociedad podrá avanzar.

Diana Alicia Bobadilla, DNI 22.446.198 - Neuquén



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