El motivo que me lleva a escribir estas líneas es simplemente el enojo y la impotencia que sentí al haber sufrido por un instante un hecho de discriminación por parte del servicio que brindan los taxistas cipoleños.

El 7 de marzo nos encontrábamos listas para participar de la XXIV Corrida Ciudad de Cipolletti. Nos habíamos preparado con muchas ganas y la alegría que nos invadía era enorme porque habíamos esperado ese día con ansías, ya que era la primera vez que llevaríamos a nuestra amada perrita.

Con nuestras remeras puestas, incluso Fiona que también lucía la suya, nos dispusimos a salir de casa a la espera de la llegada del taxi que nos trasladaría. Al arribar, el taxista (que pertenecía a la empresa "Sólo $ 2") nos sorprendió al decirnos que no tenía permitido transportar a ningún animal. Por supuesto que insistimos, no existían suficientes excusas para no subirla, la perra es de tamaño chico e iría en brazos míos. Ni siquiera iba a tocar el auto ni a ensuciar nada, además eran sólo unas pocas cuadras. Sólo que, para que no se cansara tanto, pensamos en ir hasta el lugar de partida en auto y luego caminar el maratón.

En ese momento la primera sensación fue de gran desilusión y decepción. Particularmente creemos que toda la comunidad cipoleña, sin excepción alguna, tiene el derecho y la posibilidad de participar de la competencia; más aún sabiendo que es un evento cuya finalidad es concientizar y fomentar la actividad deportiva.

El único propósito nuestro era poder formar parte de la Corrida junto a Fiona. Así que igualmente nos fuimos caminando y nos sumamos cuando los cipoleños transitaban la avenida Alem. Claro que acortamos camino, pero completamos el recorrido hasta la meta final. Terminamos cansadas pero felices, porque pudimos ser partícipes de una hermosa fiesta como es la Corrida.

Sólo espero que para el 2010, en el que se celebran 25 años del maratón, haya algún taxista amable, solidario y de buen corazón que se disponga a llevarnos. Después de todo, el servicio que se me brinda no es gratuito.

Por último, quisiera compartir una pregunta a la que me gustaría encontrarle respuesta: ¿Qué hubiese ocurrido si necesitaba el taxi para trasladar a mi perrita de urgencia a una veterinaria? ¿Tampoco hubiera accedido a subirla?

Para nosotros, Fiona es una integrante más de la familia.

Paula Prada

DNI 34.173.737

Cipolletti