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"Violencia es tener un ministro de Educación que no cumple con su función"

A esta provincia la atraviesan dos grandes historias: la de un gobierno radical, una historia muda y sin memoria, "la del poder que justifica la perpetuación del privilegio por derecho a herencia", "ese poder que miente en su discurso con admirable sinceridad". Si hasta a veces le creemos que tenemos un sistema de salud admirable, escuelas en dignas condiciones, que hay justicia social. Qué lástima que sólo la encontramos cuando presentamos recurso de amparo por remedios o tratamientos para nuestros alumnos y compañeros.

Y la otra historia es la lucha de los trabajadores de la educación "que elegimos" ser parte de la Unter, una historia con memoria, construida con pluralidad, por ideales sociales y con una fuerte identidad.

Las utopías se construyen a partir de movimientos grupales que tienen necesidades comunes. No nos da vergüenza pedir un salario justo y digno, ya que tenemos el salario básico más bajo del país.

No nos da vergüenza estar en las rutas y pedir perdón a los trabajadores que paralizamos. Es la única forma que encontramos para denunciar lo que nos pasa. Porque, según las propagandas oficiales, esta provincia es una "panacea".

¿Cuánto nos salen esas propagandas?

El gobierno pone como pantalla en las campañas políticas la salud y la educación. Pero si no hay una distribución equitativa de las riquezas, las diferencias de los que tienen todo y los que no tienen nada se incrementan. Después "los grandes pensadores" hablarán de la ola de inseguridad y violencia que nace de un Estado irresponsable.

¿Sabe qué es violencia, señor gobernador?

Violencia es pretender que los trabajadores del Estado tengamos que hacernos cargo del desmanejo de este gobierno perpetuado en el poder, escudándose en la crisis internacional que recién comienza a atravesarnos.

Violencia es silenciarse ante un conflicto y no resolverlo.

Violencia es decir que esperaría la paritaria nacional y, después de 16 días de paro, decirle al pueblo que no tiene plata, generando una provocación a toda la sociedad.

Violencia es decir que su sueldo es igual al nuestro.

Violencia es darle comida basura a los alumnos, con responsables impunes.

Violencia es tener un ministro de Educación que no cumple con su función.

Violencia es amenazar con los descuentos sin respetar el derecho a huelga.

Violencia es no respetar acuerdos paritarios.

Violencia es cerrar cargos y escuelas.

Violencia es no renovar el contrato a porteros cumplidores por no pertenecer a su partido.

Violencia es tener funcionarios denunciados por corrupción cobrando sueldos.

Violencia es pagar altos sueldos a funcionarios de empresas que no producen.

Violencia es poner a su disposición medios de comunicación estatales, que los pagamos entre todos, que distorsionan y subjetivizan la información.

Violencia es decir que somos insensibles y que tenemos presos a alumnos, si nuestros hijos, los hijos de docentes, orgullosamente van a escuelas públicas pero también necesitan comer, vestirse y una obra social que funcione como corresponde.

Por todo esto y por mucho más, los trabajadores de la educación luchamos por nuestra dignidad y no abandonaremos las calles, con la convicción de que esta lucha es justa. No vamos a permitir que nos hagan cargo de una crisis originada por el poder.

Abrazo a mis compañeros de lucha que salen a la calle y pelean por su dignidad. Y a los docentes que están trabajando, que se sumen porque la individualidad no salva a nadie. Juntos podemos.

Bety Araujo, DNI. 17.759.308

Roca



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