Por tercera vez no se pudieron llevar a cabo las asambleas docentes en Viedma. Y me pregunto si democracia será esto: el eterno avasallamiento de los derechos de los trabajadores por quienes tienen que protegerlos, el Estado y el gremio. ¿Qué podemos pedirles a las empresas privadas si desde lo público se deja estar, se deja hacer a los que impiden que los docentes hagan lo que saben: trabajar con los chicos? ¿Quién gana con las aulas vacías?

Cada aula es un lugar de pensamiento y a los gobiernos como éstos -provincial y nacional- no les conviene que la gente piense. Ellos saben que la verdadera revolución está en el aula. Es subversivo que los jóvenes se den cuenta del poder que tienen, que sepan que pueden votar en contra de lo que está establecido, que otro futuro es posible aun aceptando las chapas y los colchones del puntero de turno, que el cuarto oscuro es un espacio de libertad. La toma de conciencia por parte de los jóvenes de esta realidad es peligrosa y esa toma de conciencia se da en las aulas cuando docentes y alumnos interactúan. Pero Unter, que debiera proteger ese espacio de pensamiento, vacía las aulas justamente en año de elecciones. No voy a hablar aquí de la angustia de gran cantidad de docentes que no cobraremos el mes de marzo por no poder tomar las horas. Somos los "daños colaterales" de una lucha ya sin sentido.

Mas, mirando al futuro, es imprescindible que reflexionemos sobre el efecto "aula vacía" en este año electoral. Ese efecto que hace que los hijos de la escuela pública rionegrina estén jugando al fútbol en la calle, mientras los políticos de turno engrosan la caja.

Alejandra Elisa López, DNI 14.510.480

Profesora en Lengua y Comunicación - Viedma