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"La lucha docente es, en esencia, una lección más dirigida a la sociedad"

El que no grita no cobra y el que no afana es un gil, ésa parece ser la política adoptada por el gobierno provincial en los últimos 20 años.

El permanente conflicto con los docentes es una clara muestra de la inexistencia de una política de Estado en educación. Así nos encontramos otra vez al inicio de clases en este ciclo lectivo con un paro de actividades docentes sumado a un corte de ruta que, lejos de plantear un conflicto cerrado en el ámbito educativo formal, abre la discusión al conjunto de la sociedad.

Desde nuestro espacio político y social entendemos que la responsabilidad del nivel de conflictividad le corresponde exclusivamente al gobierno provincial.

Hemos alertado sobre la falta de políticas de Estado, de planificación, de transparencia, de apertura democrática, entre otras alertas, que estaba disimulada por la bonanza económica pero que generaba condiciones de dificultad ante una eventual crisis.

No nos alegra la crisis, pero sí nos hastía que el gobierno se haga el distraído y pida al sector docente un "apostolado sacrificio", cuando manejó irresponsablemente los ingresos provinciales en el ciclo de bonanza de los años posteriores al 2003, hasta incluso bien entrado el 2008. Resulta "fácil" someter a los ciudadanos a una puja de intereses sectoriales y responsabilizarlos de que les vaya mal a los productores, a los exportadores, a los camioneros, a los docentes, a los jóvenes y etcétera hasta el infinito. "Somos todos responsables de la situación, y entonces nadie lo es" dice Eduardo Galeano.

Mientras tanto, la sociedad sospecha de cada acción de gobierno, de cada concurso de precios, de cada licitación, de cada obra pública, de cada contrato de alquiler, de funcionarios devenidos "mágicamente" en grandes propietarios.

No podemos más que solidarizarnos con el grito docente, porque ya no espera un acto responsable, porque desnuda a este gobierno que sólo construyó una máquina electoral con salarios públicos de miseria cuando podía generar políticas a largo plazo rompiendo viejas prácticas de favorecer a quienes no generan empleo y mucho menos impacto real en las economías regionales, excepto el impacto de la pobreza, la concentración económica y la pretensión de que es necesario para ello destruir el medio ambiente. ¿Existe algo racionalmente inclusivo en estas prácticas? Porque, en el fondo, eso son: administradores de otros intereses y, algunos funcionarios más audaces llegados "mágicamente" a nuevos propietarios, de los propios.

Ésa es la política provincial: intereses concentrados, riqueza para pocos, poco empleo, subempleo y clientelismo.

Por ello, para los docentes, nuestro saludo y reconocimiento, porque están dando una clase magistral, que no es de Física, Matemática, Historia o Lengua en estado puro. Nos están enseñando que ante tanta torpeza humana, ante tanta soberbia de quienes creen tener derecho a una vida superior a la de otros a cualquier precio y que tratan de justificar la explotación, la impericia y hasta la corrupción como inherentes a los seres humanos y por lo tanto como un orden natural, es obligación inseparable de nuestra calidad humana denunciar este orden injusto y luchar por superar esta verdadera indignidad. Nos enseñan que de nada sirve haber accedido a los más altos niveles de educación y formación intelectual si luego este conocimiento se utiliza mezquinamente en provecho propio y no en beneficio de la sociedad que nos permitió ese nivel formativo. Ésta es la lección que como sociedad nos están dando nuestros maestros y que va más allá de su justo reclamo salarial: apunta esencialmente a la dignidad humana que la mediocridad, la insensatez y el individualismo del gobierno pisotean impunemente a diario.

Helmer Calvo (Partido Socialista)

Omar Lehner (Movimiento Proyecto Sur)

Adrián Moreno (Espacio Solidaridad e Igualdad)

Viedma



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