La crisis de la fruticultura se sigue agudizando día a día. Todos vemos cómo la principal actividad de la provincia sigue cayendo y muchos actores miran para otro lado, como si fuese algo natural, esperando el golpe final.

Como todos los años, primero empieza la danza de los gremios, a los que parece que no les importara la actividad a pesar de que viven de ella. Cuando de mezquinos intereses se trata, tiran de la cuerda con una prepotencia inusitada sin pensar siquiera en informarse acerca de cuál es la realidad, que este año a voces se presentaba complicada.

A esto le agregamos el condimento de que el presidente de la Federación de Productores auguraba una cosecha excepcional, cuando ya se sabía del problema de los jugos, el aumento de los insumos, mercados más exigentes y el comienzo de la ya trillada crisis mundial.

Y como si fuera poco no faltaron los justicieros, que más desinformados aún aparecieron después de sus vacaciones, cuando el conflicto llevaba ya ingredientes de ilegalidad y desidia para con la producción y productores, para avalar un aumento fuera de toda lógica, premiando a los responsables de pérdidas millonarias para el sector.

Pero parece que los gobernadores de las dos principales provincias productoras de frutas de pepita y algún intendente no miden en gastos cuando la plata la ponen los productores, y bien digo, porque parece que al ejército o la banda de asesores -como más les guste el calificativo- en definitiva lo paga el productor, ya que todo sale del retorno de la fruta, y el que así no lo crea no tiene más que averiguar.

Cuando se plantean estos conflictos, siempre el productor es el convidado de piedra, a pesar de que es el que más arriesga y el único que ya invirtió, por lo tanto el eslabón más débil, porque debe recuperar para poder seguir.

Entonces utilizan la fruta como medio de presión. Los gremios todavía no han trabajado, los intermediarios si no les cierra el negocio no compran o ajustan el precio...

Por todo lo expuesto, hoy no quedan dudas de que está en juego la supervivencia de la actividad.

Eugenio J. Hernández

ingeniero agrónomo

DNI 8.430.487

Regina