Con indignación le escribo al técnico de la selección Sub 17 de básquetbol de Neuquén, Ricardo Manzano, por la actitud asumida el sábado 28 de febrero con mi hijo, quien había sido convocado para entrenar con la preselección de ese deporte en la ciudad de Neuquén. Por razones de traslado llegó al entrenamiento siete minutos tarde y por tal motivo sufrió el maltrato y la burla posterior durante el entrenamiento de parte de este entrenador.

Luego de colocarse los vendajes, se dirigía al campo de juego, hacia donde estaba el segundo entrenador con todo el grupo trabajando, cuando el primer entrenador, señor Ricardo Manzano, lo llamó y le dijo: "Pibe, me parece que ésta no es forma. Encima de que llegás diez minutos tarde al entrenamiento, te metés como si nada. Estás entrenando con una preselección para entrar a una selección. Me parece que no es forma". Mi hijo le respondió que no se iba a meter al entrenamiento, iba a esperar a que el otro entrenador terminara de explicar para preguntarle qué tenía que hacer.

"Si llegás tarde hablá conmigo". Pidió disculpas y le dijo: "¿Qué hago?". "Ponete a correr alrededor de la cancha", fue la respuesta. Luego de correr casi cuarenta minutos en un entrenamiento de una hora cuarenta y cinco, lo incorporó al grupo, donde fue hostigado con cargadas por situaciones de entrenamiento que no salían como el entrenador quería, obviamente sintiéndose avergonzado por tal situación.

Como padre, profesor de Educación Física, ex entrenador y algunas cosas más que me relacionan al deporte, me pregunto qué necesidad tiene este sujeto de aplicar esta rigidez casi militar con mi hijo -que más allá de quedar o no en la selección creo que no lo merece-, sobre todo porque no tiene ni idea de los valores, de su compromiso, voluntad, constricción al trabajo y respeto por lo que él ama, que es este deporte.

Señor entrenador, ¿no hubiera sido más fácil acercarse y preguntarle a un joven de 16 años qué dificultad tuvo?, ¿qué lo demoró para llegar siete minutos tarde? ¿Sabía que viajó desde 200 kilómetros? ¿Se interiorizó acerca de si le pasó algo? Claro que no, porque eso a usted no le interesa, ya que parece que ha perdido los valores por el ser humano. Por eso me resulta muy difícil creer que usted pueda pensar o trabajar para un equipo.

Que quede claro que usted no ha premiado a los jóvenes convocándolos a la selección. Ellos lo merecen por la formación y el aprendizaje que han tenido con cada uno de sus entrenadores en sus clubes, y por estos talentosos jóvenes que hoy integran la selección, algún día quizás usted pueda ser un entrenador famoso.

Por último le digo que mi hijo no estaba de acuerdo con que manifestara mi enojo ante el vicepresidente de la Federación Neuquina de Básquetbol ni que escribiera esta carta de lectores, porque quizás a futuro no vuelva a ser convocado o tenido en cuenta para otros eventos.

Siempre he sido respetuoso de las decisiones de los dirigentes, pero tanto la Federación como la Secretaría de Deportes deben saber que estos jóvenes son el presente y el futuro del deporte (actividad que enseña y estimula las buenas costumbres, además del cuidado de la salud).

El tiempo dirá si me equivoco. Mientras tanto, mi hijo deberá realizar el triple de esfuerzo para lograr participar de un equipo con entrenadores que incluyan a sus jugadores.

Daniel Santiago Pollo

DNI 14.436.084

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