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"Señores docentes, confío en ustedes"

Quiero manifestar mi preocupación respecto de la decisión de algunos docentes de comenzar el año lectivo con paro. Lejos de cuestionar su método de reclamo, pretendo más bien hacer un llamado a la reflexión acerca de lo que a mi parecer es un acto que obra a favor de lo que ustedes están repudiando.

Tengo un hijo de 7 años que debe cursar este año el segundo grado de la escuela primaria y me cuesta hacerle entender por qué no comienza sus clases. Los niños en esta edad aún no comprenden de salarios y todas las situaciones que se generan en torno de ese tema. Me preocupa que mi hijo crezca con un concepto errado acerca de los educadores, a quienes respeto por ser los forjadores del futuro profesional de los escolares. Soy hija y hermana de docentes que también trabajan para el Estado, así que comprendo bien lo que reclaman. Reconozco que vivimos en una provincia en la que los sueldos están desfasados respecto del costo de vida que tanto el gobierno nacional como el provincial nos imponen, aunque ése sería un tema para escribir otra carta.

Propongo otro tipo de estrategia de reclamo, algo que quizá resulte más engorroso que realizar paros por tiempo indeterminado y cuyos resultados se verían a largo plazo aunque, a mi modo de ver, resultaría lo más lógico y acabaría con toda una generación de representantes del pueblo corruptos a quienes las personas a las que representan no les interesan en absoluto.

No hagan paro sino todo lo contrario: dicten clases; clases de Educación Cívica e Historia. Enséñenles a los niños y jóvenes la verdad acerca de quiénes somos y dónde estamos parados, enséñenles que las leyes no está mal hechas sino que no se las hace cumplir. Enséñenles los derechos y obligaciones que tenemos los ciudadanos, así como los derechos y obligaciones que tienen los representantes que elegimos en democracia para con el pueblo. No hablo de crear una generación que no crea en los representantes sino de forjar una nueva generación que crea fervientemente que la educación es el único medio que nos va a salvar de la inminente caída a la que estamos arribando.

Como fiel defensora de la educación pública, confío en ustedes.

María Ana Arienti, DNI 27.579.085

Neuquén



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