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"Politizó el tema de la seguridad"

El 10 de febrero último el intendente de Cipolletti, Alberto Weretilneck, dio cuenta vía una carta personal al gobernador de las fallas en la policía que actúa en su ciudad y a los dos días comentó mediáticamente que el jefe de la fuerza rionegrina debía renunciar y que en Cipolletti la policía pone el ojo en algunas cosas y en otras no. Es más: aseguró que las salideras bancarias estaban organizadas.

Ocho días después los rionegrinos advertimos que la misma persona, es decir, el señor Weretilneck, se había arrepentido de sus dichos y apelaba de nuevo a la consigna de que Cipolletti es una ciudad que "merece ser vivida", mensaje electoralista de otras épocas, la misma ciudad donde se produjo el aberrante triple crimen. Pero no sólo dijo eso: dijo también, en flagrante contradicción con lo que había expresado unos días antes, que Cipolletti es una ciudad más segura que Roca o Bariloche. ¿Cuándo mentía Weretilneck, cuando era socio de Rudy Salto y Arriaga o ahora, que no tiene más remedio que ponerse bajo la protección de don Pablo?

Es evidente que el 10 de febrero Weretilneck buscó posicionarse dentro de la interna radical porque sabe que el tema de la inseguridad pública figura en la agenda de la población y lo repite como un rosario. Conoce las encuestas y sabe que éste es un tema excluyente entre las preocupaciones de los ciudadanos.

Pero lo grave de su conducta política es que quizá crea que todos los rionegrinos somos tontos. Utiliza el tema de la seguridad y lo edita en los medios gráficos y radiales para lograr protagonismo, pero lo hace parado en la vereda de quienes han sido responsables de que crímenes aberrantes quedaran impunes. Pues ¿qué hizo el doctor Pablo Verani respecto del primer triple crimen? ¿Y qué hizo el autor del Cedepre en la época del segundo triple crimen? En resumen, ¿qué hizo el amigo de Weretilneck por la seguridad de Cipolletti y del resto de la provincia cuando era gobernador y qué hacen los que hoy celebran que se haya pasado a sus filas -filas en las que también milita Cufré- para tener una política de seguridad a la altura de las circunstancias?

Se dice que los conversos que son capaces de vender hasta sus convicciones por intereses personales terminan siendo despreciados. Tal vez el contradictorio señor Weretilneck optó por seguir ese camino. Los medios -que bien reflejan la opinión pública- dudarán la próxima vez de considerar alguna afirmación de Weretilneck cuando lo vuelva a intentar. Los rionegrinos hemos podido ver cómo politizó un tema que aqueja y preocupa a todos, desde la cordillera hasta el mar. Con la seguridad nadie debería intentar hacer politiquería.

 

Inés Altamirandas

DNI 13.036.493

Cipolletti



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