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La estancia \"La China\" de Natalio Botana

Natalio Félix Botana Millares, uruguayo, personaje polémico, odiado y admirado, hizo escuela en el periodismo con su diario "Crítica", medio que revolucionó el género en la Argentina y que fundó con sólo 25 años. Botana tuvo una vida intensa. Hizo de todo. Murió joven -a los 52 años- en un accidente automovilístico. Y, entre lo mucho que hizo, tuvo una propiedad en Valle Azul. Era la estancia "La China", tal como llamaba a su única y tan esperada hija.

Natalio Botana nació en Sarandí del Yi, pueblo uruguayo, en setiembre de 1888. Su madre, Nicolasa Millares, cubana, nieta de venezolanos y pariente directa de Simón Bolívar, le inculcó la lectura como una religión y le enseñó a leer en inglés, francés y latín. En su adolescencia lo obligó a internarse en un seminario jesuita para que se ordenara cura, con el que pretexto de que encontraría así más tiempo para su formación intelectual. Natalio se escapó de allí a los 16 años. Y, según cuenta la leyenda, vendió la sotana para financiarse el viaje hasta Gualeguay, a donde llegó para pelear a las órdenes de su tío abuelo, el general Basilio Muñoz. De regreso a Montevideo se inscribió en la carrera de Derecho hasta que la guerra civil estalló en 1909 y lo devolvió a la acción con el grado de teniente. Fue derrotado en Concordia, donde aseguran que se convirtió en mercenario.

Luego se exilió en la Argentina. Aquí conoció a Adolfo Berro, hijo de un ex presidente uruguayo que le presentó al hombre que se convertiría en su protector: Marcelino Ugarte, político conservador que le consiguió el primer empleo en un diario y le facilitó los contactos para que obtuviera el dinero necesario para fundar "Crítica", el diario que popularizó el lema "Dios me ha puesto sobre vuestra ciudad como a un tábano sobre el noble caballo, para picarlo y mantenerlo despierto".

Botana había cruzado a esta orilla muy joven y vivió sus primeros tiempos en una pensión de Rivadavia y Paraná. Se casó con Salvadora Medina Onrubia, pero su corazón fue de varias mujeres, entre ellas, la esposa del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros. Salvadora era tan peculiar como su pareja; exótica, bella, anarquista, poeta, dramaturga, adicta al éter y al ocultismo. La llamaban "la Venus roja" y había llegado a la vida de Botana en los primeros días de "Crítica", con un hijo natural en los brazos (apodado "Pitón", que se suicidó a los 20 años). Con ella tuvo dos hijos (Helvio y Jaime) y luego llegó Georgina Nicolasa, a la que llamaban "La China" y que le dio el nombre a la estancia que adquirieron en Río Negro.

En 1886 se había hecho la primera mensura de Valle Azul y el gobierno transfirió tierras poco después a Rodolfo Freyre. Allí comenzó a constituirse una población, junto a la localidad de Julián Romero, ubicada sobre la margen norte del río. Estas tierras fueron revendidas en 1910 a Tomás López Cabanillas (estancia "La Farruca") y en 1925, compradas por Natalio Botana.

La vida de esta familia estuvo signada por las tensiones, el drama, la fama, la adicción al juego de Botana y la infelicidad. Salvadora dijo que no fue feliz con él y sus hijos también confesaron una relación difícil con sus padres. "La China", por su parte, tuvo un hijo dramaturgo y dibujante de talento: Raúl Damonte Taborda Botana, más conocido como "Copi".

El diario "Crítica", que aún inspira a la prensa argentina (tal como lo ha declarado Jorge Lanata), combinaba denuncia, amarillismo y artículos de lujo, creando un periodismo nuevo. Era una ley el lenguaje claro pero muy bien escrito, que dejaba en manos de escritores como Roberto Arlt y Jorge Luis Borges. Botana era un artista a la hora de seleccionar temas de interés para el gran público, alcanzando tiradas memorables como la de 800.000 ejemplares el día de la caída de Yrigoyen. Ayudó con trabajo a anarquistas y exiliados y se opuso a Hitler y Mussolini. (S. Y.)



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