A pocos días de comenzar el ciclo escolar los docentes, el personal de servicio y los padres de los niños que asistían a la Escuela Hogar Nº 126 de Aguada Cecilio se enteraron en forma sorpresiva y extraoficial de su cierre.

Esta resolución fue aprobada por los vocales gubernamentales (sin el apoyo de la Unter) sobre la base de informes a favor de esta medida de la directora de dicho establecimiento, la Sra. Gloria Gallardo, y del supervisor Atilio Salinas.

Ellos aportaron elementos para llegar a la resolución 2923/08, que promulga el cierre partiendo de que muchos de los niños que eran asistidos en esa escuela tienen residencia en San Antonio Oeste, donde hay oferta educativa, y de que de acuerdo con los derechos del niño, los padres son responsables de asegurar la educación primaria.

Estos funcionarios jerárquicos que ahora se lamentan públicamente de las consecuencias que el cierre del establecimiento tendrá en los niños no sólo contribuyeron al mismo sino que además no tuvieron el mínimo de sensibilidad para cumplir su rol e informar con antelación a los padres de los niños que asistían a la institución y al personal de servicio y docente sobre la medida adoptada en diciembre.

Es inaceptable que todos quienes tenían relación con este establecimiento se enteraran en forma extraoficial, durante la primera semana de febrero, de una medida tan trascendental para sus vidas.

Al conocer la premura con que se resolvió el cierre de esta escuela albergue, no puedo evitar preguntarme sobre la conveniencia de invertir nuestros impuestos en sueldos de planificadores incapaces de pensar y planificar en plazos adecuados medidas que tienen enormes consecuencias sociales y económicas. ¿Era tan imperativo cerrar un par de escuelas con extrema urgencia, avasallando los derechos a la información oportuna y a planificar sus vidas de niños, padres y trabajadores asociados a estas instituciones?

Si lo era, ¿por qué no se tomaron medidas semejantes en otras escuelas rionegrinas? La resolución mediante la cual se determina el cierre de la escuela hogar de Aguada Cecilio no explica por qué la residencia escolar de Valcheta, que atiende a niños de dicha localidad -la que tiene la misma oferta educativa primaria que San Antonio-, puede seguir funcionando como tal.

Espero que esto no tenga relación con los costos políticos que un cierre de esta naturaleza podría acarrear para el intendente local, que da la casualidad de que es el esposo de la directora de Escuelas Hogar y Residencias de Río Negro.

Los contrastes en el análisis de ambos casos despiertan fuertes dudas y más dudas me generan las medidas que se está contemplando instrumentar para resolver los problemas asociados al arrebato ministerial que terminó con el cierre irreversible de la escuela hogar sin informar oportunamente a las partes involucradas.

Estimo que estas decisiones no implicarán el traslado de los niños sanantonienses a otras escuelas hogar de Río Negro, porque esto atentaría contra los elementos que se utilizaron para cerrar la de Aguada Cecilio. Pero no me sorprendería que esto ocurriera, después de ver cómo planifica el gobierno rionegrino.

Estaremos atentos a las soluciones creativas que surjan para paliar los problemas generados por la falta de planificación de las autoridades de educación, para realizar los reclamos y emprender las acciones pertinentes, incluidas la reversibilidad de las medidas adoptadas.

Jorge Gortari, DNI 14.627.593

Aguada Cecilio