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"¿Defendemos la cultura?"

Días pasados tuve el gusto de disfrutar de varios de los eventos musicales que organiza la Subsecretaría de Cultura de Bariloche, tales como la Feria de las Artes en el Centro Cívico, la Feria del Fundo en Colonia Suiza y "Palacios peatonal" en la calle del mismo nombre, donde participan comercios de esa calle y algunas empresas que con su auspicio hacen posibles estos eventos.

Debo decir que la organización tuvo un muy buen nivel, así como la calidad de muchos de los músicos convocados.

Por cierto, es una iniciativa loable de promoción de nuestros artistas para beneficio de un público que disfruta de sus creaciones e incluso en algunos casos se ha colaborado con agrupaciones sociales de la comunidad.

El domingo 11 de enero la calle Palacios estuvo repleta de gente, así como las mesas de los restaurantes y de los bares vecinos, y mucha gente bailaba y cantaba al son de la música del grupo local Troche y Moche. Grande fue mi sorpresa cuando al cabo del show me enteré de que los músicos actuaban gratis.

Es difícil entender esto, ya que los involucrados -sean funcionarios municipales, sonidistas, organizadores, comerciantes, auspiciantes, etcétera- reciben un beneficio monetario (algunos comerciantes cobran derecho de espectáculo y es probable que paguen algún canon a la MSCB). En cambio los artistas, los que ponen la nota distintiva, los que justifican la reunión, los que hacen que el evento sea único e irrepetible, los que dedican innumerables horas a crear y ensayar antes de cada presentación y deben costear onerosos instrumentos y su traslado, están conminados a mostrar su trabajo y esperar sólo el reconocimiento del público sin retribución económica por parte de la sociedad que se beneficia y disfruta gracias a su trabajo.

A menudo oímos a funcionarios, gobernantes y a muchos de nosotros mismos hablar de la injusticia social y la importancia de la cultura.

En la realización de un espectáculo, muchas personas aportan su esfuerzo: músicos, productores, sonidistas, funcionarios, obreros, empresarios, etcétera, pero el trabajo artístico tiene una nula o muy escasa valoración económica, excepto en el caso de los consagrados.

Sería bueno que empezáramos por casa a cambiar esta actitud, si es que de verdad nos interesa defender la cultura como bien social.

Rubén Mazzi

DNI 14.117.454

Bariloche



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