Escribo en respuesta a la carta de la docente jubilada Mirta de Rodríguez, en la cual hace mención a un episodio vivido en el jardín de AMEN. Por ser mamá de este jardín, ya que mis dos hijos acuden a él, y también por ser docente, es que decidí enviar esta carta.

Quiero recordarle a la señora Mirta que una maestra no hace a una institución ni es el reflejo de todos los que trabajan en ella. Como papás estamos muy contentos con esta escuela, ya que cubre nuestras expectativas tanto a nivel pedagógico como en la contención, trato hacia los niños y en la transmisión de valores y educación cristiana. Quiero creer que esta señora tiene las pruebas suficientes para realizar tal acusación y no que se esté guiando por el famoso "me dijeron que dijeron, etc.".

Como docente no justifico la falta de ética, ya que es un valor muy importante, pero me molesta mucho que metan a todos los educadores en una misma bolsa, ya que por esta carta quedan todos los maestros del Nivel Inicial de esa institución sospechados. Mis hijos concurren al turno tarde y no creo que algunas de sus docentes hayan caído en este mencionado cotilleo barato. Por eso sería importante que esta señora, ya que escribe movida por la indignación de lo sucedido, dé el nombre de la maestra.

Igualmente, me parece que no es el medio por el cual se tiene que solucionar este tema. Debería concurrir al establecimiento para hablar con los involucrados y así no terminar acusando a todo un grupo que no se debe sentir muy bien con semejante acusación. También sería bueno escuchar la otra campana, ¿no? Nuestros hijos seguirán concurriendo a dicho jardín, ya que confiamos en las docentes y en la institución.

Verónica Sartori

DNI 20.381.254

Neuquén