Esta carta surge a partir de la indignación que sentí en una loca carrera por un electrocar-diograma. Soy mamá de dos niños que participaron de los paralelos del Mundialito que se llevó a cabo en nuestra ciudad. Al realizar la ficha médica de mis hijos confirmo, una vez más, lo desastrosa que es nuestra mutual. Ellos tienen la suerte o la mala suerte de que su mamá sea docente y "goce" de los beneficios del Ipross. Resulta que si el profesional hace las cosas como es debido y escribe en el diagnóstico que se trata de un control para práctica deportiva, la mutual no autoriza el electrocardiograma, pero si miente e inventa cualquier otro diagnóstico es autorizada, pagando un coseguro de $9,50.

Cuando hago el recorrido por las clínicas y sanatorios de nuestra ciudad para realizar el electro en forma particular, me encuentro con las más variadas ofertas: desde $15 hasta "te lo hacemos por 2 órdenes y $ 40". ¿Hasta cuándo el Ipross ni siquiera puede garantizar una ficha médica deportiva para los hijos de sus afiliados? Todos sabemos que deporte y salud van de la mano, ¿o no?

María Claudia Oliz - DNI 20.306.823 - Roca