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Madres e hijos que se buscan

Permítanme que les relate la historia de Verónica, una chica de La Plata de 31 años, similar a la de tantos jóvenes argentinos que están en la búsqueda de sus raíces biológicas, y de las felices consecuencias que ha originado.

A mediados del 2008 apareció en un portal de internet una carta de Verónica, en la que pedía, a algún habitante de Comodoro Rivadavia que la leyera, si la podían ayudar a encontrar a su madre biológica.

Verónica nació en Comodoro Rivadavia en 1977 y enseguida fue adoptada y trasladada a La Plata, ciudad donde creció y vive. No conoce su lugar de origen. Me puse en comunicación con la chica, vía internet, y acepté ayudarla. Inmediatamente comencé la investigación.

Verónica sabía que la partera que la había atendido al nacer (en su domicilio particular) ya había fallecido. Lo que no sabía era que no había dejado descendientes, familiares ni documentos, nada que pudiera conducir la búsqueda hacia un camino exitoso, por lo menos en lo inmediato. Pegué carteles con su rostro y una leyenda en lugares céntricos de la ciudad, oficinas públicas, etc. Un importante diario de esta ciudad publicó dos veces el tema Verónica, pero hasta ahora no hemos tenido resultados positivos. Igualmente la investigación continúa.

Su historia despertó mi curiosidad y cuando indagaba en los sitios de gente que busca gente descubrí infinidad de hijos que tratan de encontrar a sus madres biológicas y a muchas de ellas que desean conocer el paradero de los mismos que, en un momento de sus vidas -especialmente cuando eran menores de edad- tuvieron que entregar en adopción ya sea por ser presionadas por sus padres o por el entorno social que no aceptaba a las madres solteras; el casamiento y la virginidad de la mujer eran sagrados para la sociedad de entonces.

Además, como consecuencia de las publicaciones periodísticas y de los carteles de Verónica, muchas madres se comunicaron conmigo con la ilusión de que ella fuera la hija que un día habían dado en adopción. Lamentablemente ningún dato coincidió. La madre biológica de Veronica sigue sin aparecer.

Ahora bien, en nuestra sociedad argentina están las personas indiferentes ante estos problemas, los que apoyan con su aliento y, no sé si para bien o para mal, y los que durante el transcurso de la investigación nos preguntamos: ¿qué puedo hacer para ayudar a estas personas que se buscan mutuamente y no encuentran la forma de hacerlo?

Así nació "Madres e hijos que se buscan", una asociación sin fines de lucro destinada a ayudar a reencontrarse a tantos hijos con tantas madres. En nuestro país ya existen algunos emprendimientos privados, no muchos, que se abocan a la búsqueda de madres biológicas solamente. Su objetivo es muy loable, por supuesto, pero no encaran la problemática en su conjunto. De cualquier manera, ya estoy en contacto con algunos de ellos para tratar de trabajar juntos intercambiando información.

"Madres e hijos..." ya ha comenzado a extenderse hacia distintos lugares de nuestro país y hay gente trabajando con nosotros. Verónica, de La Plata, fue la primera en adherir a esta iniciativa y, desde luego, es socia fundadora. Con ella todavía estoy en deuda, pero sabe que hacemos todo lo posible por hallar a su madre.

Para contactarnos, nuestros teléfonos son 0297 4478820, 0297 156218129 o vía internet www.madresehijosquesebuscan.blogspot.com y madresehijosquesebuscan@hotmail.com

Alfredo Antonio Rueda

DNI 7.695.242 - Comodoro Rivadavia



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