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"Dos propuestas para frenar la lista negra"

A partir del accidente del lunes 19 en el que fallecieron dos personas y resultaron heridas de gravedad otras dos, nuevamente se pone en el centro de la escena la discusión sobre la Ruta 22, su peligrosidad y las acciones que las autoridades deberían implementar. Estamos acostumbrándonos a soluciones grandilocuentes y megaanuncios que de un plumazo prometen librarnos de nuestros males y dejamos de lado la aplicación de la racionalidad y el sentido común.

Causa escozor que sigamos lamentando víctimas en la 22. Bicicletas, motocicletas, cargas irregulares, bins que caen en la ruta, camiones que pierden ruedas, vehículos sin luces y una innumerable lista de elementos que causan tragedias (porque no son accidentes sino consecuencias lógicas del estado de las cosas) son evitables más o menos fácilmente y sin una enorme erogación de recursos.

Propongo una medida de cortísimo y una de mediano plazo para empezar a frenar el crecimiento de la lista negra: control vehicular y asfaltado de las banquinas.

Sobre el asfaltado de las banquinas creo que es una medida con una excelente relación de costo-beneficio. Los costos económicos son despreciables ante otras alternativas que se barajan y los costos de tiempo son mínimos ya que podrían ejecutarse las obras rápidamente y sin limitar ostensiblemente la circulación.

Los beneficios son concretos. Mejora la fluidez en la circulación, porque los vehículos de transporte de pasajeros pueden realizar las maniobras de frenado en la banquina sin entorpecer la marcha de quienes vienen detrás. Lo mismo es válido para cualquier vehículo que tenga que entrar a una chacra o camino secundario y para los que se incorporan al tránsito, que podrían tomar una prudente velocidad en la banquina antes de sumarse a la carretera. Facilita la circulación de bicicletas y ciclomotores; este tipo de vehículos, que deberían ir por la banquina, circula por la cinta asfáltica ya que el viaje es mucho más rápido y estable, pero muchísimo más inseguro.

Ofrece una alternativa ante una emergencia porque no son pocos los accidentes de vehículos que se cruzan de carril cuando después de haberse tirado (accidentalmente o no) a la banquina y en su intento de volver el auto a la cinta asfáltica son traicionados por el cambio de superficie y bruscamente salen despedidos hacia el centro de la ruta, provocando colisiones frontales.

Con respecto al control vehicular sólo exijo la aplicación de las leyes vigentes que, aunque estén en desuso en áreas urbanas o rutas secundarias, deben aplicarse con corrección en una ruta nacional. Creo que no son mayoría los vehículos que cumplen con la normativa vigente: registro de conductor, seguro obligatorio, verificación técnica vehicular (luces y frenos), luces encendidas, casco, velocidad máxima, cargas correctamente atadas y otras cuestiones que no son más que la aplicación del sentido común.

Es necesario insistir en el concepto de que en ningún otro momento de nuestra vida estamos tan cerca de la muerte como cuando circulamos por una ruta .

Juan Pablo Serra

DNI 24.136.111 - Roca



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