Si no resultara dramático, movería a la diversión. Reitero una vez más:

1) ¿Cuidemos el agua? ¿No reguemos nuestros jardines? ¿Y adónde va a parar el agua que día tras día, mes tras mes, estación tras estación, año tras año, baja airosa calle abajo desde el 900/1000 de Mendoza a toda hora, se empantana en los cordones sin limpiar y sigue inundando la ciudad hasta quién sabe dónde? ¿Reclamos? Infinitos y de todo tipo. ¿Respuestas? Ninguna.

2) Cruce fatídico: diagonal España y Mendoza. Accidentes diarios. Hasta a un ministro le tocó. Quizá si se hubiera muerto... mal diseño del sentido del tránsito. ¿Reclamos? Miles. ¿Respuestas? Ninguna.

3) Luminarias inutilizadas y sin renovar en la zona. ¿Y la inseguridad? Bien gracias. ¿Reclamos? Infinitos. ¿Respuestas? Ninguna.

4) Rotondas trazadas antes de la última elección, con promesa de césped. ¿Reclamos? Infinitos. ¿Respuestas? Un pedrero intransitable cada una.

5) Placita redonda de la zona: surtida, ora un yuyal intransitable y con una sequedad insoportable, ora algún recorte y alguna manguereada. Faltan bancos, además de continuidad en su cuidado.

6) La ronda policial, a manera de prevención, inexistente.

7) En el cementerio central faltan fluorescentes en las zonas bajo techo. ¿Reclamos? Infinitos. ¿Respuestas? Ninguna. Humor negro: los muertos no votan, pero nosotros (yo) ¡sí!

Podría seguir indefinidamente, pero los lectores asiduos de este diario recordarán mis múltiples reclamos ciudadanos, porque quiero a mi ciudad pero ¡pobre! no tiene suerte.

Me olvidaba: soy pagadora por adelantado de todos mis impuestos. ¿Vale la pena?

Gracias por su atención.

Marta Irene Verdenelli de Van Gelder

DNI 3.860.435 - Neuquén