El sábado 6 de diciembre pensé que iba a vivir una fiesta del fútbol infantil y terminé asistiendo a un bochornoso espectáculo con agresiones verbales y físicas entre los propios protagonistas (chicos de 14 años), padres y allegados, situación que motivó la intervención de la Policía. Estas cosas imaginé sólo ocurrían en las grandes ciudades, pero pasó en Lamarque, un pueblo tranquilo, de trato familiar.

Se jugaba la final de sexta división de la Liga Avellaneda entre Villa Unión de Choele Choel y Alumni de Lamarque y los que nos dispusimos a pasar una tarde agradable junto a nuestros hijos terminamos a las corridas y presos del pánico.

Los hechos se suscitaron sobre el final del partido, cuando el árbitro adicionó 4 minutos (ganaba Villa Unión 4 a 2). En ese momento dos chicos se agredieron tras un saque lateral, el juez los expulsó y camino al vestuario nuevamente se insultaron, elevando el clima que desembocó en nuevas agresiones con más involucrados. El ambiente, que ya era incontrolable, se tornó preocupante cuando desde afuera los espectadores empezaron a ingresar al campo de juego para generar más tumulto. La gravedad de los hechos llevó a las autoridades policiales a solicitar la intervención del grupo BORA que fue requerido de urgencia para contener la violencia que ya empezaba a tornarse irrefrenable.

Como apasionado del deporte y del fútbol hago un llamado a la reflexión. Me pregunto qué estamos haciendo con nuestros chicos para llegar a esta situación. Qué podemos esperar de nuestros jóvenes si, en la edad en que deben jugar para divertirse, terminan agredidos y con miedo.

En medio de tanta desilusión y tristeza quiero destacar y hacer propias las reflexiones del entrenador de Villa Unión, quien luego de los incidentes les dijo a sus jugadores: "Lo que vivimos hoy es una vergüenza. Ganamos, pero no hay nada que festejar. Una final de fútbol no es el final de la vida. Con 14 años deben pensar qué es lo que quieren para el futuro". Espero que el entrenador de Alumni haya hecho algo parecido con sus jugadores y cada padre con su hijo, porque así no podemos seguir.

Juan Miranda

DNI. 22.474.340

Neuquén