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"Los principios del hombre, utopía de poder" | ||
Cuando se presentó como opción o alternativa de profundos cambios en la política argentina dentro de la concertación y vicepresidente luego, ¡yo lo voté! Un hombre razonable, inteligente, humilde, capaz. Con las características ideales de un estadista multifacético y audaz. En el transcurso del tiempo y como vicepresidente ya en funciones se perfilaba referente de las masas que, a viva voz, suplicaban cambios dentro del espectro socioeconómico. Julio Cobos demostró ser un ciudadano de base endeble en sus pensamientos, o tal vez muy claro y fuerte en los objetivos y metas dentro de la política argentina, aprovechando todas las circunstancias en beneficio de las apetencias personales. Integrante de una fórmula presidencial primero, después los hechos que lo llevaron a desempatar con su voto el proyecto oficial que él representa (la resolución 125) en contra del propio gobierno. A mí me quedan muy despejadas las intenciones de este funcionario de primer nivel. Una empresa en su directorio puede tener fricciones, pero jamás uno de sus integrantes estar en contra de sus propios intereses. Cleto lo hizo. En la política argentina hemos tenido todo tipo de sucesos y actos de políticos para trascender y posesionarse en la cúspide del poder (venden a la madre). Se olvidan de que el ciudadano común tiene memoria y que desde allí la caída es más fuerte y peligrosa. El problema en estos casos es que está en peligro toda la ciudadanía argentina, el sueño y las esperanzas de un porvenir promisorio para varias generaciones ya retrasadas por personajes con características similares y prometedoras de acciones en pos de éstas. Cuando el compromiso del vicepresidente es acompañar a (en este caso a la presidenta de la Nación), secundándola en su rol, cuando se ausenta, creo que debe realizarlo con el perfil y línea de la primera y no en contra de quien ha delegado el cargo. Esto es felonía y aprovechar la oportunidad en favor personal, para ir zanjando un camino político no muy lejano. Sé que el poder marea a los hombres más probos, esto ocurre cuando los principios y valores no son tan firmes. El poder para ejercerlo en plenitud se debe ganar con buen margen y no traicionar una coalición de pensamientos y proyectos que debidamente fueron presentados antes de aceptar su conformación. El ciudadano pide silenciosamente que se retome el camino que indica la coherencia y la sabiduría, que el gobierno centre sus virtudes y razón en pos del bienestar común, allanando los obstáculos que deben ser cuantiosos pero no imposibles... y lograr que la Argentina sea una libre y gran nación. Miguel Ángel Henríquez DNI 10.868.858 Neuquén |
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