El sábado a la mañana el papá de María Cecilia vino a casa a agradecerle a mi novio por haber donado y seguir donándole sangre a su hija. La verdad, nos quedamos sin palabras.

Pero hoy no escribo para contar simplemente esto. Escribo para agradecerte, María Cecilia. Agradecerte por mostrarle para qué eligió la carrera que eligió, para qué trabaja día a día, para quién. Le regalaste sensibilidad, emoción, sentimientos, ganas.

Yo hoy te regalaría la felicidad que me produjo ver sus ojos brillantes cuando miraba a tu papá, cuando me cuenta que volvió a donarte sangre y la esperanza que le da poder ayudarte un día más.

Gracias infinitamente por regalarle un momento de amor y reflexión.

María S. Ruiz

DNI 27.323.142

Neuquén