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"Y el gobernador tomó la sopa" | ||
Llegó sin anunciarse a Bariloche, como queriendo pasar inadvertido. Seguramente que no llegó en tren, pues el tren no anda. Estaba convocado por un grupo de amigos (empresarios) que le garantizaban un auditorio complaciente y distendido. Nadie en ese ámbito osaría interrogarlo sobre los graves y acuciantes problemas de la ciudad. No serían tema de la tertulia ni el inequitativo impuestazo inmobiliario, ni la injustificable desinversión en infraestructura a que está sometida Bariloche desde 1995 (viviendas, electroducto, caminos, saneamiento, etc.). Mucho menos sería preguntado por las inconfesables razones de la demora en la entrega del cerro Catedral al municipio, ni por la escandalosa falta de recursos, insumos, medicamentos, enfermeros y profesionales en el hospital, o la insuficiente dotación de personal policial, por citar sólo algunos de los temas. Sería sólo una conversación de amigos, donde no habría que tener que explicar la inacción ante la problemática situación del mercado turístico y la feroz competencia de otros destinos turísticos por captar pasajeros. Este cenáculo le brindaba la seguridad de poder desplegar su nuevo estilo discursivo, plagado de improperios hacia sus colegas y correligionarios que incluye la novedosa utilización de alguna que otra mala palabra (aunque, como nos enseñara Fontanarrosa, las malas palabras no existen, sólo existen las malas intenciones de quien las pronuncia) y sólo le pedía a cambio que tomara la sopa; y el gobernador, nuevamente, tomó la sopa. Antonio Sánchez Díaz DNI 10.923.733 Bariloche |
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