Desde hace mucho, en mi interior se ha afianzado el sentimiento que todo lo que nos debe dar el Estado no sirve, no es bueno o es ineficaz. Es por eso que esta carta, que iba a tener como título "Gracias Pablo", lleva otro relacionado a la "esperanza", una palabra que nos ayuda a vivir y a sentir que el futuro puede ser mejor. Personas como Pablo existen y dependen de ese Estado en que muy pocos creen.

Esta historia comenzó unos meses atrás, cuando un grupo de amigos nos propusimos llegar a la cumbre del volcán Lanín. Después de varios meses de entrenamiento y reuniones de organización logística, el día 15 de noviembre conseguimos lograr ese objetivo. Lamentablemente cometimos un error muy importante: salimos muy tarde del refugio BIM 26 y por lo tanto en el descenso a la base se nos hizo de noche. Bajar a la base del Lanín después de haber ascendido a la cumbre desde las siete de la mañana, con todo el peso de las mochilas, piernas cansadas y de noche, complica mucho la situación. Pero fue en ese momento crítico cuando apareció en nuestra excursión Pablo Dionisio Benítez, guardaparque del Parque Nacional Lanín, que ya conocía muy bien nuestra situación por comunicaciones radiales que habíamos tenido desde que iniciamos el descenso de la cumbre.

Así fue que con un handy nos fuimos comunicando con él durante varias horas a partir de la llegada de la noche (aproximadamente las 22 horas). Desde su lugar en la base veía muy bien nuestra ubicación señalada por 15 linternas de cabeza. Poco a poco nos fue orientando y conduciendo a la senda de la "espina de pescado". Pero no sólo eso. Además subió hasta encontrarnos a mitad de camino de esta senda para verificar nuestro estado físico y para acompañarnos y guiarnos hasta la base, a la que llegamos a las 2 de la madrugada. Gracias Pablo en nombre de todo el grupo.

Sergio Marré

DNI 10.660.398 - Cipolletti