Mucho se habla sobre la crisis financiera planetaria pero son pocas las pistas certeras que se ofrecen. Desde que se creó la Reserva Federal de Estados Unidos (banco central privado en manos de los Rockefeller, Rothschild, Self, Warburg, Loeb, Lazard, Lehman, Goldman y Sachs), ésta tiene el privilegio y el monopolio de la emisión de dólares sin respaldo en oro.

Para financiar su deuda externa, el gigante de las patas de barro ha emitido moneda fiduciaria a niveles siderales, lo cual le ha traído más problemas que soluciones. Para sanear esos inconvenientes, nada mejor que generar una crisis de grandes proporciones en orden de afectar el desarrollo económico de Asia, contener el área euro, invadir algún país con recursos energéticos, obstaculizar el proceso de paz en Oriente Medio, frenar la creciente influencia venezolana en Iberoamérica y prolongar la era del petróleo.

En definitiva, esta supuesta hecatombe económica (de rasgos parecidos a los de la de 1930) es una ecuación que cierra bastante bien para los planes imperiales. Al fin y al cabo, la misma mano que está hundiendo los mercados internacionales será la que los rescate a su debido tiempo. ¿Qué tendremos luego de eso? Probablemente aquel famoso "nuevo orden mundial" pergeñado allá lejos por Adam Weishaupt, con un nuevo dólar con respaldo en oro (llamado amero) y reglas de juego funcionales a los intereses de aquellas dinastías usureras dueñas de la Reserva Federal.

Hugo N. Lilli, DNI 16.566.963

hugolilli@hotmail.com

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