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"365 días/8.670 horas"

Recuerdo el vacío, el silencio. El fuego había llegado a nuestras vidas para marcarnos y nunca dejarnos.

Nuestra casa, nuestro hogar, nuestro cobijo y refugio se había quemado... Había lágrimas en los ojos... había consuelo en muchas palabras... y había promesa de seguridad.

Muchos van a decir que exagero, pero no fue tan malo, que podría haber sido peor... Afortunados ellos que no saben lo que es sentirlo en carne propia. Afortunados ellos que pueden leer esto y no entender...

La memoria nos lleva al 13 de noviembre de 2007.

Esa mañana toda mi familia cambió. Todo por lo que mis padres soñaron, lucharon, cumplieron y previeron se vio truncado, cercenado por una llama. Una llama que nos consumió y todavía hoy nos sigue quemando.

Cuando todo pasó, nos reconfortó la promesa, la seguridad de tener respaldo. Algo que nos aseguraba el poder seguir adelante. Pero cuando sólo quedó esperar, cuando sólo podían ellos responder, el miedo, el temor, la incertidumbre aparecieron... la única luz en el túnel, la única esperanza, nuestro resguardo, nuestro seguro se volvió nuestra condena...

La impotencia sobrevendría. La confianza de años se desvaneció. El que otros, desconocidos, nadies, ausentes, rigieran sobre nuestras vidas. Ellos decidirían cuánto valdrían nuestras cosas, nuestros recuerdos, nuestros sueños. Ellos nos dirían qué se habría de valorar y qué de olvidar. Ellos nos demostrarían que cumplir nunca asegura nada.

Para cada pregunta hubo evasivas... para cada respuesta, un pretexto... para cada promesa, una dilación. Así hemos llegado al año, a la fecha fatídica donde todo parece que vuelve a empezar.

En un mundo justo yo no tendría que escribir esto. En un mundo razonable los contratos serían cumplidos. En un mundo cuerdo, este año hubiera sido distinto. Más alegre, positivo, reparador...

Lejos estamos de la utopía de un mundo mejor, más equitativo y solidario. Pero ¿es mucho pedir por un mundo donde cada cual cumpla con sus obligaciones y se respeten sus derechos? ¿Donde por cada vez que confiemos y cumplamos nuestra parte, el otro haga lo mismo con la suya?

Se dice que uno "los llama apenas se inicia en los pasos de la vida". Se dice que uno los llama pidiendo ayuda, seguro y protección... Hace ya un año que los llamamos.

Hace ya un año que mi casa se quemó. Hace ya un año que nos prometieron que cumplirían la cobertura.

Hace ya un año que seguimos esperando...

Milva Desprini

DNI 34.403.526

Roca



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