Encuentro cien razones para no volver a entregar nuestro petróleo y gas. ¿No hemos visto que somos el único país del mundo que entregó su empresa estatal de petróleo? ¿Que el petróleo, como otros recursos naturales, es cada vez más valioso y más escaso?

Con todo desparpajo, nuestro gobernador, diputados, intendentes y sindicalistas, hablan, en estos días, de la gran repartija de dinero que nos tocará a todos si volvemos a conceder las áreas petrolíferas neuquinas...

Disculpen, pero voy a cantar unos versos que hablan de la codicia: "Ni el miedo ni la codicia/ es bueno que a uno lo asalten/ así, no se sobresalten/ por los bienes que perezcan,/ al rico nunca le ofrezcan/ y al pobre jamás le falten".

Ambición y codicia ponen ciego a cualquier funcionario... y, para muestra tenemos el caso de la valija de Antonini Wilson.

Por otro lado, me impresiona que vendamos, otra vez, por 1 lo que vale 100. ¿No hay criterio? ¿Se acabó la sensatez? Alguien podría decirme: ¿no leyó la biblia? En el libro de los proverbios dice: "Como el perro vuelve sobre su vómito, así el insensato reincide en su necedad" (26,11).

¿Por qué conformarnos con un 15 % de regalías, si Bolivia obtiene un 82 %?

Por último, ¿será codicia?, ¿será insensatez? ¿Faltará vergüenza? Si así fuera podríamos cantar con Martín Fierro: "Muchas cosas pierde el hombre/ y a veces las vuelve a hallar/ pero les debo enseñar, y es bueno que lo recuerden:/ si la vergüenza se pierde/ nunca se vuelve a encontrar".

Que se llame a un plebiscito vinculante, preguntando al pueblo si quiere aceptar o rechazar la prórroga de las concesiones petroleras. Hay otros caminos para tomar.

Ing. Aníbal Rodríguez Lupo

LE 4.600.830

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