Esta carta es para el joven que me arrebató la cartera y para los que le ayudaron. También para los que me robaron el estuche de los documentos.

Queridos míos, nada de lo que me sacaron los hará felices.

El dolor que me causaron los perseguirá siempre y en sus familias no habrá paz ni armonía.

Llorarán amargamente por cosas que el dinero no puede solucionar .

La desgracia los acompañará hasta que se arrepientan y reparen el daño que me hicieron, hasta que me devuelvan mis cosas amadas y necesarias.

Los celulares que me regalaron mis hijos para que pueda conectarme con ellos, el reloj que me obsequió mi padrino, los aros, el peinecito y el lápiz de labios que me regaló mi esposo, mis recibos de sueldo bien ganados, la orden de pasaje que me regaló ISSN por ser jubilada.

Las recetas de mis médicos y otros papeles que sólo a mí me son útiles. Mis tarjetas que nadie podrá usar, pero me costará reponerlas, y la carterita de 5 pesos que me obsequió mi hijita.

Si necesitaban dinero me hubiesen pedido, trabajo les hubiese dado, podrían ser mis ayudantes, les hubiera dado mucho más de lo que me robaron, y ganado en buena ley.

Pero así nunca dejarán de ser malas personas y el que mal anda mal acaba. Sus madres sufrirán por ustedes, no hay regalo mejor para una madre que un hijo honrado y trabajador.

Los estoy esperando para que me pidan perdón y me devuelvan mis cosas, y mis bendiciones serán para ustedes, pueden llegar mucho más lejos por el buen camino que por el malo.

Aún están a tiempo.

María Antonia Morello

DNI 10.915.055

Neuquén