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"¿Seremos habitantes de cuarta?"

Me costó tomar la decisión de escribir esta carta, pero mi conciencia no hubiese quedado tranquila si no lo hacía, porque existe mucha gente que siente y piensa lo mismo pero no se anima a exteriorizarlo.

Me quiero referir concretamente a lo que sucede con la salud en Fernández Oro. No termino de entender cómo en una ciudad de casi 10.000 habitantes y en vertiginoso crecimiento dependemos de un Centro de Salud (mal llamado hospital) como el que tenemos. Antes de proseguir, quiero dejar enfáticamente aclarado que nada tiene que ver en este reclamo el recurso humano que allí se desempeña; porque me consta que son extremadamente profesionales, hacen más de lo que deben... Para todos ellos hago público mi agradecimiento.

Y refiriéndome justamente a esos responsables, provinciales y/o nacionales, yo les pregunto: ¿existe algún proyecto provincial, que sea viable, para construir un hospital en nuestra ciudad? ¿Tienen idea del estado del "hospital de Fernández Oro"?, ¿alguna vez lo han visitado?, ¿a alguien se le ha ocurrido pensar en cómo se las arreglan los habitantes para solucionar los problemas de salud que van más allá de una simple consulta médica, una curación o la aplicación de una inyección? Si no lo saben, yo se los comento; deben dirigirse al hospital de Cipolletti o de Allen, con todo lo que ello significa cuando hablamos de emergencias médicas. Hemos retrocedido; más habitantes menos servicios. Hasta el Banco hemos perdido.

En sus inicios, allá por los años ´64, ´65, ese centro tenía hasta salas de internación para niños, que ya no existen. Sí, no se sorprendan, hace más de 40 años que la provincia no contempla en su presupuesto para salud a Fernández Oro. Con mucha tristeza veo todos los días las ruinas de aquel que iba a ser el hospital de Fernández Oro, a la vera de la Ruta 65. Una ciudad de 10.000 habitantes sin un hospital, es una ciudad desprotegida. Así me siento hoy. No me estoy refiriendo a un hospital de complejidad uno, los expertos sabrán las características que deberá tener un edificio de esa naturaleza, teniendo en cuenta su población y el crecimiento que día a día experimenta nuestra ciudad.

Pero lo que más me indigna es que ni siquiera se preocupan por mejorar lo que tenemos, a tal punto que los propios empleados están haciendo una campaña, solicitando colaboración para poder pintar la salita. No me parece mal y la gente seguramente lo está haciendo con orgullo, desinteresadamente, porque si el aporte no llega desde donde tiene que venir, la comunidad de Fernández Oro, que parece estar acostumbrada a sentirse desplazada, lo hará con sus propios medios.

Raúl Néstor Croceri

DNI 10.868.734 - Fernández Oro



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