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"Un hombre del sur"

Nacer al sur, al sur, y si te parece poco pelear contra el viento, el frío, el desierto, a eso agregale pelear con la condición de mestizo, el desarraigo de su madre y el bajo nivel del entorno. Si pese a lo adverso del contexto te quedan ganas de pelear, si conservás la abismal distancia que va de la pobreza (esa condición que el monetarismo actual ve como estigma) y capeas la miseria (de esa sí que no se sale), en ese caso sí, sos hombre del sur.

No te conocí sino hasta llegar a Neuquén y desde entonces siento por vos el orgullo de que seas argentino (los neuquinos deberían tener doble orgullo), pero sólo algunos te conocen y la mayoría te cree sólo el nombre de una calle, de un edificio, o ¿qué o quién será este fulano?

Son pocos los que saben que una sólida cuenta bancaria es sólo acumulación de avaricia, o que diez propiedades no te hacen mejor tipo, sino el más rico del cementerio. Cuando un hombre sin dinero, sin apellidos con influencias y carga sólo con su intelecto, la fuerza y el orgullo de su raza logra llegar al lugar donde se proponía llegar, ese es un hombre del sur.

Cuando se pelea una beca (sólo a fuerza de estudio) porque esa beca es la diferencia entre los apuntes, los libros, y el hambre por un lado, y el afán de ser esa persona que crees que te corresponde ser, sin conformarte con los títulos y lauros de tu país, sino que le enseñás al mundo que ese mestizo puede porque es un hombre del sur.

Si entre el viento de la Patagonia podés escuchar la voz de quien se levantó de sus limitaciones sociales y la peleó a puro orgullo sano, fuerza moral, dignidad y un inmenso amor por su más inmediata semejanza; el ser humano.

Si ese chiflido del viento te trae esa sensación de que se te estruja el corazón a pura admiración, sos un hombre del sur.

Pero si junto con esos sentimientos sentís un dejo de vergüenza por olvidar a quien no debe ser olvidado en ese caso pegate a un hombre del sur, pegate a Gregorio Álvarez. Disculpate con él, prometele que nunca más lo vas a enterrar en el cajón de los recuerdos, y enfrentá a los que le negaron lo más elemental en vida, y pretenden acunar el féretro que alguna vez olvidaron.

Si después de todo esto, el nombre de Gragorio Álvarez (Goyo) te pone la piel de gallina, de puro orgullo, en ese caso, sí, vos sos un hombre del sur.

Víctor Noviello

DNI 4.368.168

Neuquén



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