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"Siempre hay alguien"

Siempre hay alguien a quien le importamos y que está dispuesto a acudir a nuestro llamado a darnos la paz que nunca tuvimos o que perdimos en las muchas vueltas de la vida, cualquiera haya sido la circunstancia. Permanecer tranquilo, descansar en Dios con confianza, ¡qué parte bendecida y envidiable! Ahí está la clave de la verdadera dicha y el secreto de una vida iluminada y fuerte en Cristo. Pero, a veces esa felicidad es muy frágil; una contrariedad o una dificultad demasiado a menudo es suficiente para cuestionarla. Esa paz interior tiene sus raíces en Dios mismo y subsistirá sólo en la medida en que confiemos nuestras circunstancias al Señor, sin dejar que alguna se interponga entre Él y nosotros. "La paz de Dios... guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos" (Filipenses 4:7). Es una paz interior y una serenidad íntimamente ligada a la confianza que tenemos en Dios. Él es fiel y poderoso, nos ama y tendrá cuidado de nosotros, ocurra lo que ocurriere.

Si nuestros pensamientos y nuestras fuerzas tienen como único objeto a Cristo y sus intereses, las preocupaciones de la tierra y aún las legítimas ocupaciones perderán el poder de absorbernos y perturbarnos. La distracción es una trampa solapada que cautiva nuestros pensamientos.

Rita Galfi

DNI 5.970.974

Plottier



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